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El recurso a la contratación de Empresas Militares y de Seguridad Privada. Realidad, presente y necesidad futura: Estudio prospectivo objetivo 2030

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Análisis GESI, 19/2019

Resumen: La externalización de servicios de toda índole es una tendencia imparable que también se está sintiendo en el sector de la Defensa y de las Fuerzas Armadas. Las Empresas Militares y de Seguridad Privadas están ofreciendo respuestas en áreas que hasta hace poco solo se concebían en la esfera de responsabilidad estatal, sobre todo en logística y apoyo.

Mediante la realización de un estudio comparado sobre la situación actual de dos casos específicos, El Reino Unido y España, así como una prospección basada en viñetas asociadas con dos escenarios de futuro extremos y opuestos sobre Túnez, se pretende demostrar que ese crecimiento será exponencial más allá del 2030, revolucionando el concepto de las operaciones militares tanto en territorio nacional como en Operaciones, ofreciéndonos asimismo una perspectiva genérica de las capacidades futuras que podemos esperar de las EMSP.

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Introducción

Las Empresas Militares Privadas de Seguridad (Private Military and Security Companies, más conocidas como PMC o PMSC, que a partir de este momento denominaremos por su acrónimo en español, EMSP) no son una novedad en la historia militar. Desde el comienzo de la historia conocemos multitud de casos de ejércitos privados que ofrecían sus servicios al mejor postor, algo que a lo largo del tiempo fue manteniéndose y perfeccionándose hasta los conocidos casos de las Grandes Compañías de mercenarios de la Baja Edad Media y el Renacimiento, que tuvieron su continuación con los mercenarios de origen germánico que tan profusamente fueron utilizados por España en sus guerras europeas (Maffi,2015). En ese grupo también encontramos a los famosos Corsarios que combatían con patente de corso a favor de las grandes Armadas oceánicas, todos ellos ejemplos que nos son conocidos y cercanos. Si bien estas, llamémosles “empresas”, históricamente se centraban en la realización de servicios de combate, con una participación directa en la batalla, en la actualidad el concepto europeo y occidental de EMSP está mas ligado a las actividades y servicios de apoyo al combate. Se evita de este modo toda actividad de combate que pudiese conllevar la consideración de mercenarios de sus empleados, con los efectos legales negativos que trae aparejado este concepto.

De acuerdo a los estudios regionales comparados de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de NNUU, en el referido a Europa, no existe una definición generalizada y compartida por los miembros de la UE o incluso de la OTAN, si bien comparten la que propone el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas para la Convención sobre Mercenarios (Informe A/HRC/15/25, 2010:13): una EMSP es una entidad corporativa que provee servicios militares y/o de seguridad mediante personas físicas o personas jurídicas sobre la base de una remuneración.

En el mismo sentido y dado que se ha incrementado la externalización para apoyo de las Fuerzas Armadas con todo tipo de servicios de seguridad y militares tanto en operaciones en el exterior como en el propio país, es necesario una definición común futura sobre EMSP. La Unión Europea reconoce el vacío legal existente al respecto y por ello el Parlamento Europeo ha aprobado en mayo de 2017 un Informe sobre Empresas Militares y de Seguridad Privadas que insta a su definición, a la regularización y enumeración de las actividades que pueden desarrollar, así como su utilización dentro de la UE como su proyección exterior, clarificando su ámbito geográfico de actuación. Este primer paso hacia la regularización,  que llevará varios años, es absolutamente necesario ya que la disparidad legal en cada país miembro así como la complejidad de sus actividades, hacen que sea muy difícil facilitar políticas adecuadas a un sector que de acuerdo a la patronal europea se mueve por encima de los dos millones de empleos y mas de 45000 empresas implicadas. Además, se está produciendo la paradoja de que la propia UE está recurriendo a  las EMSP para proteger a sus delegaciones y personal en el extranjero así como para apoyar sus misiones civiles y militares. Como dice Satué (2017) nos encontramos con un sector en desarrollo y sin cuya regulación, la acción exterior de la UE podría verse comprometida. Este Informe es claramente favorable a la regulación de las EMSP en un sistema fundamentado en el control, la transparencia, la rendición de cuentas, el respeto a los derechos humanos y la prohibición de que las EMSP participen abiertamente en hostilidades y zonas de combate.

Sin una referencia clara, tenemos que Finabel (2008:06), organización europea que promueve la cooperación e interoperabilidad entre las fuerzas terrestres de 22 países de la Unión Europea, ha propuesto la siguiente definición que considero bastante ajustada a la visión actual: Private Military Companies are the full range of civilian organisations of a private nature involved in the supply of military assistance, consultation, and support which contribute to military operations. Es importante señalar que, incluso con esta definición claramente acotada, existen objeciones al uso del término “militar” por parte de España y Portugal, al considerarlo equivoco, confuso y poco acertado, ya que se refiere a personal y organizaciones civiles con un adjetivo reservado específicamente a las Fuerzas Armadas.

Por todo ello y para el objeto de este estudio, nos referiremos a las EMSP como empresas que suministran servicios, personal y/o equipo en apoyo a las Fuerzas Armadas y FCSE regulares en sus actividades relacionadas con la seguridad y defensa, por ejemplo logística de combate, seguridad, adiestramiento o telecomunicaciones. A esto, debemos añadir y resaltar la necesidad de la existencia de una relación contractual clara, así como la aprobación y autorización de sus actividades por parte de los Estados de los clientes que contratan y de los Estados donde se prestan dichos servicios, si son diferentes. Esto es, qué clientes (que pueden ser países, organizaciones de toda índole o sector privado) podrían contratar EMSP, para qué tipo de servicios y bajo qué tipo de circunstancias.

 

Diferencias Conceptuales

Mas allá de la definición de las EMSP, es importante señalar las diferencias conceptuales que tienen las distintas sociedades y culturas sobre el papel y las actividades que pueden realizar estas empresas. Para los países occidentales, para la OTAN y sus aliados, entre los que se encuentra por descontado España, su conceptuación encaja con la definiciones enumeradas en el punto anterior, mientras que la de otros países, principalmente Rusia y sus aliados, tienen una concepción mas “abierta” y flexible del término así como de las actividades que pueden realizar, entre las que se encuentran sin ningún tipo de limitación las actividades directas de combate. Esta concepción, del que el denominado Grupo Wagner es su máximo exponente, se ha aplicado reiteradamente en Ucrania y posteriormente en Siria, con resultados no muy positivos en este último caso, donde por cierto, han llegado a combatir contra fuerzas de los EEUU en apoyo a los rebeldes sirios (González, 2017) soportando un número muy elevado de bajas.

Si bien la aproximación conceptual de China a las EMSP puede asemejarse mas al concepto occidental, y que su empleo está siendo potenciado en los últimos años para proteger los inmensos intereses económicos chinos en el exterior de forma discreta, la difusa línea que separa estas empresas privadas con fuerte participación del Estado con el PLA (People´s Liberation Army, Ejercito Popular Chino) hace que no podamos ponerlas al mismo nivel que las occidentales, al existir elementos políticos en las tomas de decisiones así como en las actividades que desarrollan (Clover, 2017).

Por todo ello, en este estudio nos centraremos en las EMSP occidentales y sus actividades, y en particular, en casos paradigmáticos que nos ayuden a ver de forma comparada las posibilidades de uso y su desarrollo en un futuro cercano al umbral del año 2030. De este modo, estudiaremos las EMSP del Reino Unido y España, para poder tener una perspectiva adecuada de miembros de la OTAN dentro de un mismo concepto occidental pero con diferentes sensibilidades.

 

Acotamiento de Actividades a desarrollar por las EMSP

Por todo lo enumerado hasta ahora, es fundamental acotar que actividades podemos considerar propias de las EMSP y como se categorizan las mismas. De acuerdo a Finabel (2008:08), las EMSP deben ser capaces de ejecutar o apoyar la ejecución de una, varias o todas las funciones de combate definidas por la OTAN (Command, Manoeuvre, Firepower, Protection, Information and Intelligence, Combat Service Support). Así, las actividades o tareas que pueden desarrollar son las siguientes:

  • Apoyo Logístico. Es con diferencia, la actividad mas demandada y que realizan un mayor número de EMSP. En este grupo incluimos todas los servicios asociados a la vida y funcionamiento de las FFAA o al menos parte de ella, tanto en Territorio Nacional como en Operaciones en el Exterior. En esta categoría tan diversa caben actividades que van desde el transporte estratégico de las fuerzas a desplegar, pasando por el reaprovisionamiento Aire-Aire o la previsión y explotación de comunicaciones y sistemas de información, sin olvidar la construcción y gestión de campamentos, entre otras muchas tareas.
  • Mantenimiento. La especialización y complejidad de los sistemas de armas actuales aconseja la externalización de parte o la totalidad de su mantenimiento, al menos en sus escalones superiores o en todos ellos, algo que suele ocurrir en los sistemas de armas de ultimísima generación y “high tech”.
  • Inteligencia, reconocimiento, vigilancia, monitorización y servicio de traducción. Mediante este  servicio, las empresas ofrecen todo tipo de servicio especializado en inteligencia, fotointerpretación, fotografía satélite, IMINT, SIGINT y de análisis en general, así como servicios de traducción y acompañamiento.
  • Desminado y limpieza de UXO´s. Este tipo de actividades es muy común y útil en operaciones de Mantenimiento de la Paz, sobre todo en las fases de Consolidación y Reconstrucción, siendo generalmente contratadas por Organizaciones internacionales o el mismo país objeto de la operación. En este concepto no solo se incluyen las actividades de desminado y destrucción de arsenales, sino también labores de consultoría y concienciación contra estas amenazas.
  • Servicio de asesoramiento. El servicio de asesoría y consultoría puede ir desde el refuerzo de las actividades de reconstrucción y estabilización en áreas legales, de restructuración de fuerzas armadas, policiales o incluso del uso de las mismas bajo un control democrático civil. También pueden realizar estas labores en las áreas de gobernanza y justicia, afianzando los diferentes pilares necesarios para conseguir un efecto holístico.
  • Entrenamiento. Esta es otra de las actividades principales a desarrollar por las EMSP. Cada vez es mas común la externalización del entrenamiento de ciertas capacidades (simuladores, entrenamiento de pilotos, especialidades técnicas,…) en los países occidentales. Esta tendencia también se aprecia en operaciones y en países en desarrollo, especialmente en áreas como la Reforma del Sector de Seguridad (SSR, Security Sector Reform).
  • Seguridad (incluido servicios armados). De nuevo, esta actividad secularmente desarrollada por las FFAA, es cada vez mas subcontratada a empresas del sector de seguridad, digamos “clásico”. Incluso en España es normal el uso de protección pasiva así como personal armado en misiones de protección de instalaciones y personas, tanto civiles y militares. Esta actividad no solo es posible en Territorio Nacional sino también en operaciones, aunque su legislación sea limitada. En el caso de España, sólo ha regulado las actividades de las EMSP en el exterior como tripulaciones de seguridad embarcadas, mediante el Real Decreto 1628 de 30 de octubre de 2009. En el mismo, se autoriza la seguridad privada en los buques pesqueros y mercantes españoles cuando los mismos desarrollan sus actividades en aguas sometidas a especiales situaciones de riesgo para la vida e integridad de sus tripulantes.
  • Servicios armados ofensivos. Como ya hemos dicho, este tipo de actividad es muy poco frecuente, y mucho menos por EMSP occidentales, estando prohibida tanto entre los países de la OTAN (incluido los EEUU) como en la mayoría de las legislaciones de los países. Aun así, es evidente que existen empresas (sobre todo rusas y sudafricanas) que ofrecen estos servicios en el límite legal.

 

Metodología

El objetivo de este trabajo no es otro que intentar obtener respuestas a la pregunta de investigación que se plantea y que es la siguiente: ¿Tendrán las EMSP en el entorno 2030 un peso cada vez mayor en la realización de actividades logísticas y de apoyo a las operaciones militares?.

Para ello, y de acuerdo a la taxonomía de actividades fijada anteriormente, no vamos a tener en cuenta las actividades relacionadas con actividad armada, descartando con ello los Servicios Armados Ofensivos (no legales en la mayoría de países) y los Servicios de Seguridad armados, que siendo legales, pueden crear evidentes situaciones de fricción y confrontación debido a un uso inadecuado de los mismos. Así, y centrándonos en las “actividades logísticas y de apoyo a las operaciones militares”, nos fijaremos en las áreas de logística, mantenimiento, ISTAR, asesoramiento y entrenamiento e instrucción.

 La hipótesis de trabajo es que la contratación de las EMSP crecerá de forma drástica precisamente en las áreas logísticas y de apoyo acotadas en la introducción, llegando incluso a sustituir en algunos casos a los recursos orgánicos del Estado, liberándolos para la ejecución de otras misiones y actividades sensibles al uso de recursos privados.

Para ello, se realizará un estudio prospectivo comparado sobre dos casos específicos, El Reino Unido y España. Ambos países, europeos y miembros de la OTAN, tienen ciertos aspectos comunes en la concepción de la externalización de las funciones logísticas y de apoyo, pero también tienen diferentes aproximaciones y sensibilidades sobre la utilización de las EMSP, lo que nos puede resultar útil para dar mayor perspectiva al estudio.

Con el objeto de que este trabajo tenga resultados concretos es necesario acotar las áreas de estudio así como los entornos o casos a estudiar. Por ello, la estructura de este trabajo se organizará en tres apartados:

  1. En el primero se realiza el estudio comparado de las capacidades contratadas actualmente a las EMSP en ambos países, mostrando las diferencias y las similitudes con el objeto de tener una visión clara sobre las realidades y las tendencias sobre contratación y uso de las EMSP en el contexto europeo y mundial.
  2. A continuación basándonos en un estudio prospectivo especifico sobre un país, Túnez, con dos escenarios de futuro extremos y opuestos (Hernández, 2017), realizado en el marco del Taller de Estudios Estratégicos y Construcción de Escenarios en el norte de África y Oriente Próximo, desarrollado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Granada, expondremos un  ejemplo presentado como viñeta asociada a cada uno de estos escenarios de futuro considerados. Así, podremos fijar las posibles soluciones que las EMSP ofrecen en dichos entornos. Se pretende con ello describir cual va a ser la evolución y el papel de las mismas en el entorno temporal del año 2030, con una realidad política, social, económica y tecnológica diferente a la actual, y ante escenarios muy diversos.
  3. Finalmente, se presentará las conclusiones extraídas del estudio de estas viñetas y su aplicación y generalización, en mayor o menor grado, a todos los países integrantes de la OTAN, intentando así confirmar nuestra hipótesis de trabajo, demostrando que ciertas actividades van a externalizarse de forma progresiva y completa, facilitando y flexibilizando el uso de los medios orgánicos puramente de combate.

La utilización de un escenario publicado recientemente dentro de los Análisis  del Grupo de Estudios de Seguridad Internacional (GESI), como es Túnez 2030: Dos Posibles Escenarios, nos ofrece muchas ventajas y facilita centrarnos en el objetivo específico de este trabajo. Dentro de dichas ventajas, destacan de entre otras muchas, que este escenario está focalizado en un solo país de alto interés para Europa, y con dos escenarios paralelos y diversos en el entorno de futuro valorado 2030, que nos facilita una aproximación a la externalización y contratación de servicios en una zona de operaciones muy diferente entre ambas realidades hipotéticas. Es un escenario sólido y desarrollado, que nos ofrece la posibilidad de crear unas situaciones operativas realistas en forma de Viñetas. De esta forma, podremos aplicar de forma creíble las capacidades de las EMSP con el objeto de cubrir las necesidades surgidas en las situaciones que se presentan.

 

Desarrollo de la investigación

España y Reino Unido. Dos visiones europeas de las EMSP

Como ya hemos señalado, los países occidentales reconocen el recurso de la externalización a través de la contratación de EMSP como absolutamente necesario e imprescindible en el nuevo panorama económico y social en el que se mueven y moverán en los próximas décadas. De acuerdo al informe elaborado en 2001 por el Conseil Économique de la Défense del Ministerio de Defensa Francés, sobre la externalización de servicios en diferentes países aliados, ésta es una problemática común e internacional en las que las diferentes soluciones varían de un país a otro dependiendo de las culturas económicas de los Estados y del grado de madurez alcanzado en la profesionalización de sus Fuerzas Armadas (Fernández Roca, 2009: 84). De acuerdo a esto, el Conseil establece tres grandes grupos en el que destacan con un mayor nivel de desarrollo de estos proyectos los EEUU y el Reino Unido. Detrás de ellos, un segundo grupo en expansión formado por Alemania y Francia, en los que se podía incluir Bélgica y los Países Bajos. Finalmente un tercer grupo con escasa externalización y con proyectos limitados, en los que se encuentra Italia, Suecia y España. La realidad actual, 17 años después de este estudio, es que el primer grupo sigue destacado del resto, pero los otros países considerados han madurado sus procesos y recursos hasta formar un único grupo en plena fase de expansión y desarrollo. En todos encontramos una serie de elementos comunes, como la consolidación del ejército profesional, la situación estratégica y de seguridad internacional, las restricciones presupuestarias, el control de gasto público, la responsabilidad de todos los sectores implicados y, finalmente, el apoyo a las industrias nacionales o proyectos comunes europeos. Así, a través de acuerdos de colaboración de los sectores públicos y privados, las llamadas PPP (Public-Private Partnership), se intentan cubrir capacidades mediante la externalización con holdings industriales que operan realmente como EMSP.

Es igualmente significativo la importancia que se da a la definición o contextualización de los límites de la denominada actividad no delegable, (el núcleo esencial, core business o coeur de métier), como paso previo al simple estudio económico y de costes de la externalización de las diferentes actividades (Fernández Roca, 2009: 13). Este punto está alineado y en sintonía con la taxonomía de actividades presentado donde se señalaban las actividades con capacidad de ser externalizables y cuáles no, dándole un sentido ético complementario al de gestión. Pasamos a tratar la situación de los dos países objeto del estudio.

 

España. Nueva incorporación al grupo europeo

Podemos asegurar que la aparición y uso de las EMSP en España  es muy reciente comparado con otros países europeos, pero también es cierto que su crecimiento y generalización las ha llevado en la actualidad a un nivel similar a los países del entorno. Evidentemente, los años de Dictadura Militar y la tardía adaptación de nuestras FFAA a estándares occidentales han sido en parte los culpables de este retraso, pero el ingreso en la OTAN y en otras organizaciones internacionales, propició una rápida adaptación de nuestra sociedad, y en particular de nuestros Ejércitos. Esa sorprendente adaptación hizo que nuestras FFAA se transformasen de forma clara y efectiva para afrontar la nueva realidad que les tocaba vivir, a las nuevas reglas, siendo la más importante, sin lugar a dudas, la profesionalización de las Fuerzas Armadas que se inicia el 31 de diciembre del año 2001 con la desaparición del servicio militar obligatorio.

Es precisamente a partir de ese momento cuando se reconoce la imposibilidad de asumir todas y cada una de las tareas que venían realizando los Ejércitos de forma orgánica y se comenzó a externalizar parte de esas tareas. Limpieza, servicios de cocina y restauración, mantenimientos de instalaciones, fueron poco a poco contratándose a medida que los recursos humanos iban disminuyendo. Incluso se externalizó los servicios de seguridad (controles de acceso y vigilancias perimetrales) en algunos centros militares, lo que despertó criticas no solo en el seno de los Ejércitos sino también en algunos ámbitos de la sociedad civil, demostrando que la oposición y resistencia al cambio no aparece solamente en los estamentos militares. Finalmente, mas de 15 años después, la presencia de las EMSP es una realidad palpable en nuestras Fuerzas Armadas, no solo en las áreas clásicas ya enunciadas, como los servicios de limpieza, restauración y mantenimiento de instalaciones (donde la excepción es la no externalización de dichos servicios en las instalaciones militares en territorio nacional e incluso en los diversos destacamentos en Operaciones en el exterior), sino en áreas menos usuales en el pasado como el apoyo logístico, el transporte estratégico y las comunicaciones, el mantenimiento de los actuales complejos sistemas de armas, algunas labores de inteligencia, y ciertas áreas de adiestramiento.

Entre otras muchas empresas que prestan actualmente sus servicios a las Fuerzas Armadas españolas, podemos citar a DSV, que es la empresa encargada de apoyar el transporte estratégico con más de 100 profesionales en España especializados en la logística gubernamental y estratégica y que se ha convertido en el operador logístico oficial del Ministerio de Defensa desde hace mas de cuarenta años. Tampoco debemos olvidarnos de Indra, con más de 35 años de experiencia apoyando a nuestras FFAA en el soporte integral y apoyo al ciclo de vida de productos propios y de terceros. Posiblemente el área mas destacada o conocida de la Empresa es como proveedora y operadora de todos los grandes sistemas de simulación en dotación en nuestros Ejércitos, aunque también está presente en otras muchas áreas, donde realiza mantenimientos preventivos, correctivos y asistencias técnicas, con presencia permanente en las instalaciones militares y una fuerte interrelación con las unidades usuarias. Por poner un ejemplo, formando una UTE (Unión Temporal de Empresas) junto a ITP, acaba de adjudicarse un contrato para el suministro de servicios de apoyo de ingeniería y mantenimiento de sistemas de armas del EA. En esa misma línea, y debido a la creciente complejidad de los diversos sistemas de armas actualmente en dotación, otras empresas realizan una labor similar, como puede ser Navantia, Santa Bárbara Sistemas-General Dinamics, Airbus Military, SENER y otras. Ese apoyo en la industria también es una realidad en áreas tan poco conocidas como los sistemas de comunicaciones estratégicas y el uso de satélites, donde empresas como Telefónica, Satlink, Hisdesat, Amper, Hispasat y otras de carácter internacional, son fundamentales para el correcto funcionamiento de estos servicios estratégicos.

Estas son solo una pequeña muestra de la importancia de la externalización contratada por parte de nuestras Fuerzas Armadas en áreas cada vez más variadas y con un peso específico cada vez mayor, y demuestran la tendencia imparable de potenciar estas PPP mediante acuerdos mas amplios y con periodos de efectividad mas largos, convirtiéndose en auténticas estrategias de colaboración y potenciación de empresas nacionales que sirven también para reforzar su posición internacional, consiguiendo en muchos casos contratos internacionales importantes avalados por el éxito nacional de dichas empresas. Este es el caso de Indra con sus servicios de instrucción con Simulador Integrado de Procedimientos para los A330 MRTT del programa británico FSTA (Future Strategic Tanker Aircraft, Futuro Avión Estratégico de Repostaje), del que hablaremos en el caso británico, los servicios de mantenimiento de Navantia en los buques norteamericanos basados en el Mediterráneo, o el éxito de Indra en muchos países con la instalación y mantenimiento de sus completos sistemas de gestión de espacio aéreo.

 

Reino Unido. Mostrando el camino a seguir

El Reino Unido es un ejemplo claro de la tradición anglosajona de confianza en la empresa privada y su capacidad emprendedora para cubrir necesidades puntuales y críticas en el ámbito público (y por ende, entre otras muchas organizaciones públicas, a su Ministerio de Defensa y a sus Fuerzas Armadas) así como del control y reducción de su gasto público. De este modo, el Gobierno Británico inicio a principios de los años ochenta una política de externalización de servicios de toda índole (hospitales, colegios, carreteras, transportes,…) potenciada de forma evidente por la denominada Oferta Publica en Régimen Obligatorio de Competencia (“Compulsory Competitive Tendering”), cuyo objetivo era permitir que el sector privado en leal competencia, ofreciese servicios a un precio inferior y mejorando la calidad de los mismos (Allen, 2007). Con este marco legal tan favorable, a partir del año 1992, y mediante las denominadas Iniciativas de Financiación Privada (“Private Finance Initiative”, PFI), se multiplicaron los grandes externalizaciones de toda índole que llegaron a Defensa unos años mas tarde. En este sistema, se transfieren costes y parte de los riesgos al sector privado, pero se ceden los derechos de la explotación de los mismos por periodos prolongados de tiempo, en el entorno de los veinticinco años. Utilizando esta herramienta contractual, el ministerio de Defensa Británico ha innovado y externalizado desde las flotas logísticas de transporte terrestre hasta el reabastecimiento aire-aire de sus aviones, pasando por las infraestructuras de comunicaciones estratégicas y el adiestramiento. Veamos alguno de estos casos, quizás los más reseñables de los innumerables programas en curso con decenas de diferentes empresas.

En el año 2000, la Royal Air Force (RAF) empezó a pensar en sustituir a su cada vez más envejecida flota de aviones de reabastecimiento en vuelo y de transporte estratégico. Para ello, el Ministerio de Defensa decide lanzar una PFI con el objeto de contratar un servicio de reabastecimiento aire-aire para dar servicio a los dos Ejércitos y a la Armada por un periodo de 27 años, pudiendo este periodo ser  ampliado. En 2007 se preselecciona a AirTanker, un consorcio liderado por EADS con un 40% de participación, del que también forman parte Rolls-Royce (20%), Cobham (13,33%) ,Thales (13.33%) y VT Aerospace (13.33%). Finalmente, en 2008 esta PFI es oficialmente aprobada y asignada a dicho consorcio. El contrato por 14 aparatos A330-200 MRTT (Multi Role Tanker Transporter), que pertenecen a AirTanker, incluye su certificación y mantenimiento, así como el adiestramiento de las tripulaciones de la RAF que los operan, aunque debe asegurar la dotación de tripulaciones de reservistas por si se les requiere en alguna circunstancia. De estos 14 aviones, 9 componen su núcleo principal y deben estar a disposición permanente de la RAF, mientras que el resto podrá ser operado por AirTanker si no son requeridos de forma explicita, bien comercialmente, bien en apoyo a otras fuerzas armadas bajo contrato. El primer avión se recepcionó en el año 2010 y el primer repostaje operativo se hizo en 2014, prestando en la actualidad la compañía sus servicios de forma permanente y efectiva. Este PFI ha constituido, en el momento de su aprobación, el contrato mundial de iniciativa de financiación privada de Defensa mas caro, por un valor de mas de 10500 millones de libras. Además, constituyó la primera compra del modelo A330-200 MRTT, que gracias a ello se ha convertido en un éxito de ventas y un referente mundial en sistemas de repostaje en vuelo.

Las comunicaciones estratégicas satelitales del Ministerio de Defensa Británico también han sido cubiertas a través de una PFI billonaria (más de 3600 millones de libras) con el programa Skynet 5 firmado en el año 2003. EADS, a través de su empresa subsidiaria Astrium Services (anteriormente Paradigm), construye, posee, gestiona y opera una constelación de satélites que provee sus servicios a las Fuerzas Armadas Británicas y a la OTAN cuando operan en dicha coalición hasta el año 2022, fecha en que dicho sistema se traspasará al Ministerio de Defensa por el precio simbólico de una libra. De nuevo, esta gestión a través de una empresa privada facilita su gestión y flexibiliza el uso de las capacidades no utilizadas por parte de otras FF.AA. de la OTAN (como ha pasado con Portugal o Canadá, previo pago, por supuesto). Lo cierto es que este contrato parece haber demostrado su bondad y la satisfacción existente en ambas partes han facilitado que se haya asignado de forma directa y no competitiva en 2017 a EADS Astrium el contrato para cubrir la necesidad inicial de sustitución de estas capacidades con el programa Skynet 6.

Otra área en la que el Ministerio de defensa Británico ha innovado, y ha abierto una línea de colaboración exitosa y cada vez más utilizada por otros países occidentales, es en la implantación de un sistema integral de entrenamiento de vuelo con la empresa Ascent Flight Training, un consorcio compuesto por Lockheed Martin y Babcock International. Esta empresa fue seleccionada en 2008 para proveer los sistemas e infraestructura, los apoyos requeridos y la instrucción necesaria para cubrir las necesidades de entrenamiento aéreo de todas las capacidades de sus FF.AA. hasta el año 2033. El programa, denominado UKMFTS (UK Military Flying Training System, sistema militar de entrenamiento de vuelo del Reino Unido) incluye simuladores y entrenamiento real cubriendo todas las necesidades de entrenamiento de ala fija elemental, básico, polimotor y avanzado de reactores, así como de ala rotatoria, siendo el Grupo No. 22 de la RAF el usuario y responsable final.

En esta misma área, nos encontramos en plena fase de contratación de otro programa billonario (mas de 1500 millones de libras para un periodo de 15 años,) denominado ASDOT (Air Support to Defense Operational Training, Apoyo Aéreo al Entrenamiento  de Defensa Operacional) que consiste en la operación de aviones que simulen ataques de cazas, aviones de ataque, misiles de crucero y sistemas de guerra electrónica con el fin de entrenar al Ejercito de Tierra, la Fuerza Aérea y la Armada a combatirlos. Cuatro grandes consorcios han sido preseleccionados y a final de este año se comunicará al ganador, que deberá comenzar sus servicios en 2020. Para que nos hagamos una idea de que volumen de negocio se está moviendo en este sector a nivel mundial, comentar que Draken International, una empresa estadounidense que se presenta asociada a la británica Cobham, es, de facto, la empresa que posee y opera la mayor flota de aviones de combate totalmente operativos, con mas de 150 unidades entre los que se encuentran 22 antiguos Mirage F1 españoles, adquiridos recientemente y actualizados a estándares superiores a los que tenían durante su operación con el Ejército del Aire español.

Otros programas reseñables son el Heavy Equipment Transporter (HET, transporte de equipos pesados) mediante el cual se asegura desde el 2001 y durante 20 años el transporte de los carros de combate con una flota de 92 vehículos pesados de la empresa KBR, tanto en periodos de paz como en operaciones reales, siendo especialmente interesante la utilización de una categoría especifica de reservistas (Sponsored Reserves, SR) para dicha labor (FS56, 2003). En esta misma línea se encuadra el acuerdo de utilización compartida de los seis buques RO-RO de la clase Point, para transporte estratégico de material y equipo militar que se ha contratado a la empresa Foreland Shipping con una duración de 22 años y donde nos encontramos de nuevo con la característica de que sus tripulaciones deben ser reservistas (SR, y por tanto nacionales) con el objeto de poder activarlos cuando se requiera para operaciones reales.

Vemos, en conclusión, que el Reino Unido ha apostado de forma clara por la utilización de EMSP para mantener y potenciar ciertas capacidades militares, empeñándose en relaciones contractuales a largo plazo y con fuertes inversiones de dinero público, en las que no siempre se aprecian ahorros evidentes, aunque si optimizaciones operativas o supervivencia de la industria nacional, algo muy importante para la mentalidad anglosajona. Además, ha utilizado la externalización de forma innovadora y en áreas y capacidades no imaginables hace unos años, preocupándose al mismo tiempo, de mantener las capacidades y facilitar su utilización en escenarios reales de conflicto. Esta preocupación se  manifiesta en la obligatoriedad de contemplar que ciertos operadores de dichas empresas tengan un carácter especial de reservistas voluntarios, en muchos casos antiguos miembros de sus Fuerzas Armadas, lo cual facilita la integración en la sociedad civil de dicho personal militar y al mismo tiempo, lo cubre legalmente durante su despliegue en operaciones en terceros países.

 

Viñeta 1: Refuerzo al Gobierno Legítimo. Escenario Túnez, Estado Fallido

De acuerdo al primer escenario de futuro perfilado por Hernández en su estudio Túnez 2030, Estado Fallido, nos encontramos con una situación económica, social y política gravísima en este territorio. Al fin de la guerra en Siria en 2020 le siguió un éxodo de combatientes de vuelta a sus países de origen, lo que conllevó una grave crisis de seguridad en todo el Magreb. Si bien algunos países como Marruecos y Argelia pudieron lidiarlo con mayor o menor fortuna, otros países, como Túnez y Libia se vieron desbordados por este problema, sumiéndose en una situación de inseguridad e inestabilidad permanente, con grandes sectores de la población, sobre todo de las zonas menos desarrolladas, apoyando la causa yihadista en contra de un gobierno inoperante y ajeno a su realidad, lo que aprovecharon las distintas franquicias de AQ en la zona. Además, permitió que la ilegalizada AST (Ansar al-Sharia en Túnez) se reconstruyese en 2023 y se hiciese con el control de Gafsa y de Kasserine, y que efectivos del Daesh en Libia llevaran a cabo una actividad de insurgencia en Ben–Guerdane y consiguieran controlarla. El Gobierno de Túnez solicitó el apoyo de la OTAN, pero el Consejo de Seguridad de la ONU no aprobó una resolución hasta finales del 2024, enquistándose un conflicto en el que ninguna de las partes ha logrado imponerse y que ha generado, junto a Libia, un volumen de refugiados en las costas europeas que hacen palidecer a las sufridas por refugiados sirios en el pasado. Si a todo esto le añadimos la situación igualmente inestable en sus fronteras, una situación económica en bancarrota, con profundas crisis sistémicas, con un tejido productivo desmantelado e improductivo, altos niveles de paro y disparidades regionales, no es de extrañar que la polarización social entre las élites y la población mas desfavorecida sea cada vez mas palpable. Por último, no existen visos de que vayan a iniciarse a corto plazo las tan necesarias reformas del aparato de seguridad y de la administración.

Ante esta situación de crisis, la UE (cuestionada y debilitada por su trayectoria errática en los últimos años), ha decidido liderar la solución al conflicto tanto en Libia como en Túnez, mediante una Misión PCSD ( Política Común de Seguridad y Defensa) de Apoyo a sus gobiernos legítimos, respaldados por una nueva y reciente resolución de la ONU. Siendo Italia la nación que en un primer momento se erige como vertebradora en la operación de apoyo a Libia, España (con participación de fuerzas de Portugal, Finlandia, Dinamarca, Suecia y Marruecos como nación aliada) decide liderar una operación PCSD cívico-militar sobre suelo tunecino. En estos momentos, se encuentra ya desplegada una Initial Entry Force (IEF) de unos 1500 componentes en torno a dos áreas principales: Radès, cuyo puerto ha sido seleccionado como puerto principal, SPOD (Sea Port of Debarkation,) y su capital Túnez, donde su aeropuerto internacional Cartago ha sido seleccionado como aeropuerto principal, APOD (Air Port of Debarkation,). En las próximas semanas se pretende iniciar el despliegue y la activación de dos nuevas bases de operaciones en la Base Aérea de Sfax y en el aeropuerto de Tabarka, donde se basarán sendas Task Forces con fuertes componentes policiales y estar así en condiciones de iniciar la fase II de la operación.

 

Viñeta 1. Soluciones ofrecidas por las EMSP

La participación de España en innumerables operaciones internacionales en las dos últimas décadas le ha dado experiencia en la gestión de los problemas asociados a la proyección de la Fuerza, pero nunca como en esta Operación éstos se habían demostrado de forma tan evidente. La complejidad del despliegue, la coordinación en tiempo de las Task Forces, y la integración del apoyo de la nación anfitriona, hacen necesario la aplicación de soluciones innovadoras y la utilización de todos los recursos disponibles. Lo cierto es que, para ser la primera operación internacional de envergadura liderada por España, el resultado es bastante positivo hasta el momento.

El contrato firmado con Naviera Armas en 2024, a raíz de la desactivación el año anterior del buque Martín Posadillo y ese mismo año del Camino Español, se había hecho a imagen y semejanza del realizado por el Ministerio de Defensa Británico años atrás con la compañía Foreland Shipping, aunque con menor nivel de ambición. En este contrato, la naviera adquirió dos nuevos buques RO-RO y dos ROPAX, mixtos de carga y pasajeros. De estos, uno de cada tipo se encuentran alistados con dedicación casi exclusiva para las Fuerzas Armadas (aunque son, en ocasiones, utilizados para otros trabajos por la Naviera cuando no son requeridos, generando créditos para el uso posterior de los otros buques), y los otros dos, por el contrario, están dedicados al tráfico civil aunque pueden ser rápidamente alistados para su uso militar mediante una notificación y un precio de leasing prefijado. Este acuerdo con una duración de 15 años marcó en su momento el inicio de este tipo de colaboraciones a largo plazo con las Fuerzas Armadas y ha resultado muy beneficioso para ambas partes, demostrando la bondad del sistema y su operatividad, lo que en el mundo anglosajón se denomina win-win situation, algo a lo que hasta la fecha no estábamos muy acostumbrados en las Fuerzas Armadas. Son precisamente estos dos buques los que desplegaron la Fuerza de Entrada Inicial al comienzo de la operación, y ahora en compañía de sus hermanos, trasladarán al grueso de las Task Forces al SPOD Radès.

Del mismo modo, los transportes T23 (Airbus A400) del Ala 31 se encargaron de desplegar al aeropuerto de la capital al personal y material necesario para iniciar las operaciones y la preparación de los SPOD y APOD, manteniendo de forma permanente, un puente aéreo de aprovisionamiento. Sin embargo, del total de 13 T23 de dotación en el Ala 31, solo 4 están asignados a esta operación, junto a un puñado de C-130 Hercules de los países aliados, no resultando suficientes para esta nueva fase, por lo que se decidió que todos ellos pasasen a realizar misiones de transporte intra-teatro. En su lugar se ha utilizado a Atlas Airlines (empresa creada por Airbus en 2022 para competir en el programa SAPS, Strategic Airlift Permanent Solution, de la OTAN). Dotada con 10 A400, 6 A330P2F y posibilidad de utilizar hasta 2 Belluga XL, ofrece una gama total de capacidades de transporte estratégico y es la opción preferida en las operaciones de la Unión Europea. De este modo, se dispone de “musculo” para un rápido despliegue aéreo al APOD y los medios militares se pueden centrar en realizar los vuelos desde Túnez-Cartago a Sfax y Tabarka, evitando las limitaciones ya conocidas de operación de aviones y tripulaciones civiles en aeropuertos menos seguros y con posibilidad, aunque remota, de amenazas antiaéreas. Un problema todavía irresuelto desde los tiempos de la operación de medios aéreos en Herat, en el ya lejano 2005.

El despliegue terrestre resultará mas complicado, y por otro lado, es responsabilidad primaria de la Nación Anfitriona, por lo que la colaboración con  las fuerzas locales debe ser la primera preocupación. La logística  y el apoyo asociado a nuestras bases, comida, combustible, mantenimiento de instalaciones se ha contratado con empresas locales, con amplia experiencia trabajando para las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado tunecinas, incluyendo el transporte y seguridad de dichos elementos entre nuestras bases locales, si bien se ha desestimado la contratación de sus servicios de seguridad para instalaciones propias, considerándolas un riesgo para la operación, recayendo estas funciones a unidades orgánicas propias. Sin embargo, si se ha contratado a Tethered Guardian Services (TGS), empresa internacional especializada en la utilización de sistemas no tripulados orientados a la seguridad de instalaciones. Así, tanto en el APOD como en el SPOD, la empresa ha desplegado sendos sistemas de vigilancia dotados de  una combinación de globos y drones cautivos que cubren toda la zona de seguridad y perímetro (Prior, 2015). En el caso del Puerto de Radès, este sistema se ve complementado por la solución presentada por Prosegur España, en su rama de seguridad industrial. Mediante una combinación de USV (unmanned surface vehicle, vehículo acuático no tripulado) y UUV (unmanned underwater vehicle, vehículo submarino no tripulado), mantienen vigilancia sobre las vías de aproximación al puerto y sus proximidades cuando se encuentran presentes navíos aliados. Ambas empresas son responsables de operar dichos sistemas con sus técnicos desde una estación de control (GCS, Ground Control Station), vigilando 24/7 e integrando dicha información mediante su presentación y operación de sus sistemas en el Puesto de Mando de Protección de la Fuerza de las Bases. Además, las comunicaciones estratégicas entre el OHQ (Operational Headquarter, Cuartel General Operacional) basado en Madrid y el FHQ (Force Headquarter, Cuartel general de la fuerza), así como con las Task Forces, están aseguradas con un contrato con Airbus Defence&Space, que mantiene permanentemente sobre la zona, a nivel estratosférico y propulsado por energía solar, un HAPS (High Altitude Pseudo-Satellite, pseudo-satélite de gran altitud) Zephyr T, relevándolo cada 60 días (Sigler, 2017). Esta empresa también es la proveedora de las imágenes satélites necesarias para esta operación con su constelación de satélites.

Por último, todos los módulos de vida y funcionamiento necesarios para dotar las nuevas bases de operación de las Task Forces, en Sfax y Tabarka ya están siendo construidas in situ por HispanoVema con su innovador sistema de fabricación aditiva de paneles y sus contenedores desplegables. Después del éxito conseguido en las instalaciones del aeropuerto de Cartago (en el Puerto de Radès se han utilizado solo instalaciones ya existentes cedidas por el gobierno) con un exiguo equipo de cuatro operadores de la empresa y su complejo equipo desplegable de fabricación aditiva, una sección de ingeniería compuesta por 24 miembros del SEADA (Segundo Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo) del Ejército del Aire, y un pequeño ejército de unos 70 trabajadores locales de la construcción, se ha creado en un tiempo record unas instalaciones capaces de albergar a mas de 1500 hombres. Todo un éxito que ahora debe repetirse en las dos nuevas localizaciones con objetivos aun mas ambiciosos, capacidad para 1600 personas en cada Base en un plazo inferior a seis semanas. Ahora, todo está preparado y a punto para empezar a recibir a las primeras unidades militares y policiales que iniciarán la transición a la fase II de la Operación.

 

Viñeta 2: Nuevo Espacio Aéreo Europeo. Escenario Túnez, Prosperidad Árabe

En el segundo escenario de futuro perfilado por Hernández en su estudio Túnez 2030, Prosperidad Árabe, nos encontramos con una situación económico, político y social muy positiva. El final de la guerra de Siria y la aplicación de una política acertada de desradicalización, junto a una Libia estable con una sola autoridad estatal asentada en Trípoli, hacen que la amenaza terrorista yihadista haya disminuido hasta casi su desaparición. Esta estabilidad potencia el intercambio económico entre estos países, aumentando las exportaciones tunecinas y el turismo en sus playas. El desempleo se encuentra en valores nunca vistos anteriormente, tan solo un 7%, y con un crecimiento del PIB de un 4% de media anual, y con un aumento de las inversiones en las zonas más desfavorecidas, disminuyendo las brutales diferencias económicas, territoriales y sociales existentes hace tan solo unos años. El apoyo político y económico por parte de la UE así como la flexibilidad ofrecida por el FMI a sus préstamos, han fraguado una recuperación económica que se ha consolidado. Si a todo esto le añadimos que en la pasada década se realizó de forma satisfactoria la reforma del aparato de seguridad y de la administración, nos encontramos con un país estable, con baja conflictividad, crecimiento mantenido y alto interés para la inversión por parte del sector privado.

Desde el año 2020, la implementación total del Cielo Único Europeo, si bien es cierto que mejoró las condiciones de uno de los espacios mas congestionados del planeta, integrándolo y reestructurándolo, también redujo de forma dramática la utilización del mismo por las fuerzas aéreas de los países implicados. La preponderancia del tráfico civil y la preferencia de los mismos sobre los militares en situaciones normales, hizo que se integraran de facto los sectores militares en los civiles cuando su uso fuese posible. Por ello, y pese a las mejoras de seguridad y economía que lleva aparejado, la formación de pilotos militares y su entrenamiento avanzado de combate cada vez se ha hecho más difícil. Este problema ha resultado especialmente acuciante para el Reino Unido, ya que desde el Brexit, la posibilidad de encontrar soluciones multinacionales europeas se ha visto reducida, y su gasto en formación y adiestramiento ha crecido hasta límites insostenibles. La imposibilidad de realizar entrenamientos realistas en su espacio aéreo le ha obligado a tener que apoyarse en zonas de vuelo en los EEUU y Sudáfrica, ambos con costes altísimos, muy alejados y con capacidades limitadas. Finalmente, parece haber encontrado la solución mediante la externalización de dicho entrenamiento en territorio tunecino ofrecido por una Joint Venture de industrias internacionales con la aprobación del gobierno tunecino, que avala y apoya esta oferta.

 

Viñeta 2. Soluciones ofrecidas por las EMSP

El consorcio Ascent Flight Training, operador del UKMFTS, el sistema militar de entrenamiento de vuelo del Reino Unido desde el año 2008, después de su experiencia y capacidad demostrada en estos años, parece haber encontrado una solución factible y equilibrada para competir en la renovación de su contrato pendiente de finalización en menos de tres años y que ya se encuentra en plena fase de revisión. Lo cierto es que su oferta cubre totalmente las capacidades requeridas por el Ministerio de Defensa del Reino Unido, solventa el problema acuciante de la reducción del espacio aéreo europeo para fines militares y, además, se puede convertir en una herramienta innovadora y eficaz para facilitar apoyo a Fuerzas Aéreas de terceros países, centrándose sobre todo en Partnering a través de OTAN o puramente bilaterales.

El acuerdo entre Ascent y empresas tunecinas con participación estatal y por lo tanto, con el visto bueno y apoyo incondicional de dicho país anfitrión, representa un  hito en este tipo de colaboraciones. La Joint Venture resultante, llamada “Tunisian AirTraining”, con una participación del 20% de industrias locales semi-estatales, se convertirá en el líder mundial en formación aeronáutica y un referente en gestión de  sistemas complejos de formación integral, ya ha sido consultada por muchos países interesados en poder utilizar sus capacidades remanentes, estimadas en mas de 70000 horas repartidas en toda la gama de instrucción posible y con potencial para crecer mas según necesidades. Ya se han seleccionado tres localizaciones para iniciar las obras de adecuación, siendo el mas importante y el elemento central de este sistema el aeropuerto de Gafsa-Ksar, situado en el interior de Túnez, y que posibilita la instrucción en las mejores condiciones atmosféricas y de disponibilidad de espacio aéreo. A este se le añaden las localizaciones de Gabès y de Sfax, ambas en la costa y no muy alejadas entre sí. Se estima que en un plazo inferior a dos años se tendrá disponible la infraestructura necesaria para iniciar la formación a plena capacidad, incluidos todos los sistemas de enseñanza sintética (simuladores) asociados a los sistemas de vuelo. En este paquete inicial se incluyen todas las capacidades contratadas en la actualidad por el Ministerio de Defensa Británico así como la formación de todo el personal militar de vuelo tunecino, incluido en los acuerdos con el país anfitrión. Asimismo, se encuentra en una fase muy avanzada, pendiente de la aprobación ministerial que se da por hecha, la participación de L´Armée de l´Air a través de la ampliación del programa FOMEDEC (Formation modernisée et entraînement différencié des équipages de chasse) actualmente contratado con Badcock (50% de Ascent) y que se traduciría en mas de 15000 horas de vuelo contratadas para los mismos fines. Lo cierto es que el número de interesados crece diariamente.

Parece además evidente que el programa ASDOT (Air Support to Defense Operational Training) actualmente operativo y que incluye aviones, misiles y sistemas de guerra electrónica “agresores” para entrenar a sus unidades operativas, se verá afectado con este desplazamiento del adiestramiento de vuelo de las fuerzas Armadas del Reino Unido a Túnez, lo que conllevará una revisión del acuerdo y, sin duda, un desplazamiento de parte de dicha flota y su operación a dicho país. Esto no parece que vaya a resultar un problema, ya que el proveedor de dicho servicio, Cobham Group (junto a Draken International) ha demostrado su interés por participar en la Joint Venture ante la perspectiva de negocio que pueda generar, y la realidad del problema cada vez mas acuciante, de las limitaciones de vuelos militares de adiestramiento en territorio europeo.

Túnez también tendrá su parte del negocio dada su condición de anfitrión, sumando a la ya conocida formación de sus pilotos dentro del programa, la asignación a sus empresas de todos los servicios asociados a la operación de Tunisian AirTraining, como son los servicios de seguridad, vida y funcionamiento de instalaciones, transporte y alimentación. Es reseñable en este punto el acuerdo del gobierno tunecino con la cadena hotelera española Riu (quizás, un pago a su fidelidad durante los años de incertidumbre) para construir y gestionar las instalaciones hoteleras asociadas al adiestramiento en las tres localidades. Estos nuevos hoteles, localizados en el exterior de los centros de formación y cercanos a zonas de interés turístico, tendrán capacidad de albergar con seguridad a personal ajeno al proyecto, bien de forma conjunta o dedicación plena cuando no haya periodos de formación. Con ello se pretende que la explotación de los mismos no se limite a dicho personal, sino que permita atraer a nuevos turistas y un mayor desarrollo económico al triangulo Gafsa-Gabès-Sfax. Para ello no se va a escatimar en gastos, entre los que se incluye la mejora de las vías de comunicación entre las tres localidades, y la creación de un “vivero de empresas” de base tecnológica y aeronáutica en la ciudad de Sfax, con la idea de participar, también, en el mantenimiento de sistemas y que parte de la inversión tecnológica revierta en el país.

 

Conclusión estudio prospectivo

Mediante este estudio se ha pretendido presentar, a través de dos viñetas muy diferentes basadas en escenarios de futuro divergentes, las soluciones existentes y en vías de consolidación que las EMSP ofrecen para la externalización de ciertas funciones logísticas y la realización de muchas actividades de apoyo que se irán perfeccionando a lo largo de la próxima década. Siendo esta prospectiva poco más que un pequeño ejercicio de estimación basado en la limitada experiencia del autor y las, por otro lado mucho más objetivas, tendencias actuales en la contratación y externalización de este tipo de servicios, podemos asegurar que, en efecto, es posible prever y confirmar el auge y consolidación del recurso a la contratación de EMSP a lo largo de los próximos años. Los indicios y señales que así nos lo apuntan son varios, entre los cuales me gustaría señalar los siguientes:

  • Como ya se ha señalado, la definición o contextualización de los límites del núcleo esencial de actividad no delegable, cada vez mas precisa y básicamente asociada al combate directo, abre a las EMSP nuevas e innovadoras formas de participación, asumiendo actividades que hace no mucho tiempo parecían impensables y hoy en día se ven como normales y razonables. Por ejemplo, a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, hasta el final de la I Guerra Mundial, todos los países occidentales tenían una importantísimo sistema de transporte estratégico basado en ferrocarriles militares, vitales para el desarrollo y despliegue de todas sus capacidades de combate. Hoy en día esa capacidad logística es solo un recuerdo para la historia.
  • Todos los países occidentales están, en mayor o menor medida, realizando los cambios normativos necesarios en su legislación para fomentar y facilitar los procesos de externalización y contratación de EMSP en un número cada vez mas amplio de actividades. La necesidad de evitar la arbitrariedad en estos procesos se consigue a través de leyes y normas flexibles y adecuadas que fomenten esta innovación empresarial privada. Como ejemplo de esto, tenemos que el Ministerio de Defensa Británico está obligado por ley a considerar soluciones con financiamiento privado (las ya conocidas PFI) de forma preferente. En ese mismo sentido, en los EEUU todas las  Administraciones, incluida el Departamento de Defensa, deben publicar de forma periódica la lista de funciones que pueden ser externalizadas (Fernández Roca, 2009: 86).
  • La actual perspectiva económica internacional, que después de una prolongada crisis inicia suavemente un ciclo positivo para los próximos años, junto a la necesidad de Europa de incrementar su compromiso con la Seguridad de su entorno a través de las Organizaciones Internacionales a las que pertenecen sus países, favorecen el incremento de inversiones en el área de Defensa.
  • Todas las externalizaciones de las distintas funciones o la utilización de EMSP en apoyo de alguna actividad específica, se asumen como objetivos a medio o largo plazo, en los que los resultados puramente económicos de ahorro visible e inmediato no siempre son fáciles de demostrar. Sin embargo, son fácilmente identificables otros objetivos subsidiarios, como la mejora de la competitividad y de las capacidades de la Industria Nacional en áreas de interés estratégico, mejorando de forma objetiva la relación y la confianza mutua entre las EMSP, la Industria y las Fuerzas Armadas.
  • Uno de las cuestiones que todavía no ha sido resuelta mediante una respuesta clara y común de los distintos países occidentales y el que, quizás, haya generado mas controversia, es sin duda la utilización de las EMSP en operaciones exteriores. Resulta evidente que para ello es necesario el acuerdo y la aprobación por parte del país anfitrión (cuando lo hubiere) y en ese camino parece que van los acuerdos y estudios de la Unión Europea, que se encuentra en pleno proceso normativo para facilitar la realidad de la utilización de EMSP en Operaciones. Para otros escenarios mas complicados, como operación en estados fallidos u operaciones de guerra convencional, resulta muy interesante la figura creada en las Fuerzas Armadas Británicas del Reservista Patrocinado (Sponsored Reserves, SR). Esta innovadora opción básicamente permite a cierto personal de las EMSP ser activado como Fuerzas de la Reserva cuando así lo requiera las operaciones en las que participe, teniendo desde ese momento la condición plena de miembro de sus fuerzas Armadas. Por ello, ciertas EMSP británicas por contrato deben tener entre sus filas un número de trabajadores determinado que voluntariamente contraigan dicha condición, con capacidad legal de despliegue y utilización muy superior al resto de personal contratado de las EMSP para trabajar en operaciones en el exterior (que generalmente se conocen como CONDO, contractors on Deployed Operations).
  • No debemos olvidarnos de la realidad evidente que el uso de estas empresas y la externalización de ciertas funciones por largos periodos lleva aparejado la pérdida, en muchos casos de forma irreversible, de dicha capacidad orgánica por parte de las Fuerzas Armadas. Esta situación obliga a la continuación y ampliación en el tiempo de dicha relación contractual, llegando ésta a ser permanente. Se confirma de este modo la tendencia evidente de una cada vez mayor consolidación de las EMSP en las funciones que desempeña, así como su implicación en nuevas oportunidades de negocio que puedan ser explotadas de forma eficaz por las mismas.
  • En algunas ocasiones, es posible que se considere necesario mantener y doblar capacidades por parte de la Industria y los Ejércitos. Estas capacidades consideradas estratégicas, servirán para afrontar crisis puntuales y limitadas de forma complementaría, para mantener referencias con la industria e incluso, competir con ellos en ciertos mercados. En el caso español tenemos un claro ejemplo con las Maestranzas Aéreas, los Parques y Centros de mantenimiento y los Arsenales de la Armada, los cuales es seguro que se verán reducidos en un futuro, pero se mantendrán unas capacidades orgánicas permanentes  en el seno de nuestras Fuerzas Armadas.

Estos escenarios que estamos vislumbrando parecen encaminarnos a una realidad en la que las Fuerzas Armadas van a disminuir en tamaño, se van a ver limitadas en ciertas capacidades orgánicas y van a tener dependencias operativas muy importantes de la industria y las EMSP, que pasarán a jugar un papel cada vez mas relevante. Esta, llamémosle Desmilitarización de la Defensa, no tiene que ser per se, limitativa, negativa ni problemática. Muy por el contrario, es una oportunidad real de incluir a grandes sectores de la sociedad como elemento activo y generador del concepto de la Seguridad y Defensa de la Nación. Con este modelo, ser militar no es el único camino para participar en la misma, disponiéndose ahora de herramientas que permiten una mayor cercanía, una implicación de la industria, de empresas, de trabajadores que ven como propia esta misión. Se democratiza en cierto modo un Servicio que era exclusivo de las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Con ello, se fomenta una Cultura de Defensa mucho mas madura, comprensible y participativa.

Pero para ello, debe trabajarse de forma permanente las relaciones entre las Fuerzas Armadas, la Industria y las EMSP, fomentando especialmente las relaciones de confianza y de apoyo mutuo. Todas las partes deben interiorizar el concepto de servicio, en el que, si bien las empresas buscan naturalmente un beneficio económico, este objetivo debe estar siempre modulado por el valor intangible que es el cumplimiento de sus deberes y compromisos. Finalmente, todo ello debe estar arbitrado por un potente sistema independiente de intervención y control.

Esta relación de confianza y lealtad mutua, y no las capacidades tecnológicas de las empresas, será el elemento fundamental necesario para consolidar la utilización de EMSP en el futuro. La figura de las EMSP como referentes en las funciones de apoyo logístico y mantenimiento se hará realidad en tanto y cuando éstas dirijan sus actuaciones basándose no solo en decisiones económicas, sino fundamentadas en decisiones morales, manteniendo con ello una conducta leal y responsable. Para ello, debe compartir y asumir que su trabajo no es solo una relación proveedor-cliente, es una función superior de servicio, que debe guiar todas sus decisiones con el objeto de asegurar una relación de confianza y objetivos comunes.

Alberto Quirós Díaz es Coronel del Ejército del Aire y Jefe de Sección de la DEN (Dirección de Enseñanza) del EA. Master de Estudios Estratégicos y Seguridad Internacional, Universidad de Granada.

 

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Editado por: Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI). Lugar de edición: Granada (España). ISSN: 2340-8421.

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