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La evolución de Al Shabaab en Somalia

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Análisis GESI, 7/2013

La situación caótica en la que Somalia se ve envuelta en la actualidad no sólo es producto del desplome del sistema dictatorial de Siad Barré, allá por el año 1991, sino que además de ello, es el resultado lógico tras más de dos décadas de descomposición nacional y de interferencias de países extranjeros en la política interna somalí.

La consecuencia de todo ello no es otra que, la constatación, de que hasta el momento, Somalia ha fracasado como unidad política viable (tanto Puntland, como sobre todo Somaliland, actúan políticamente con total independencia del actual Gobierno Federal de Somalia). Por todo ello se puede considerar que, a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, al día de hoy Somalia sigue siendo un Estado fallido, en el que desde hace más de veinte años confluyen prácticamente todas las causas de inestabilidad posibles.

En el año 2012 se dio por finalizada la tarea del Gobierno de Transición de Somalia (GTS) y se procedió al nombramiento del nuevo Gobierno Federal (GFS), con ello la comunidad internacional quería transmitir el mensaje de que el proceso de transición, iniciado con el GTS estaba finalizado, y permitir así que el país tuviese una oportunidad efectiva de progresar hacia un futuro más pacífico. No obstante para conseguir dicho objetivo hace falta como primer paso derrotar a la amenaza que representa Al Shabaab, porque dicha victoria, daría lugar al reconocimiento internacional del gobierno de Somalia. Esa es la razón por la que las autoridades somalíes se juegan mucho en su enfrentamiento con Al Shabaab.

La sociedad somalí tiene unas características específicas que la diferencian del resto de países de su entorno y que tienen una influencia capital en todos los aspectos de la vida social, y que son la estructura de clanes y subclanes, y la importancia de la religión musulmana. En este país el islam ha existido desde hace más de mil años, con una clara mayoría sunní, representando un factor diferenciador respecto a los países de su entorno. La religión constituye un factor esencial, sin el cual no es posible entender la realidad de la sociedad somalí, y por tanto también comprender la aparición y evolución que ha experimentado Al Shabaab.

Si nos remontamos a la década de 1960, es cuando, como reacción a la dictadura de inspiración soviética, aparecen los primeros grupos de carácter religioso, como fueron, la Juventud Islámica y el Grupo Islámico, ambos fuertemente inspirados en los Hermanos Musulmanes de Egipto. Pero hay que esperar a la caída del dictador Barre, para detectar la llegada de la Unión de Cortes Islámicas (UCI). Dicha organización, tras el hundimiento del estado, que desembocó en un conflicto entre numerosos señores de la guerra y milicias, de carácter regional, fundamentalmente en el centro y sur de Somalia, fue la única organización capaz de proporcionar a la población un cierto número de servicios (justicia, asistencia sanitaria, educación, etc.) y por ello llegar a contar con el apoyo mayoritario de la población. Así en el año 2006 tuvo bajo control la mayor parte del territorio somalí (No perteneciente a las autoproclamadas como independientes Puntland y Somalilandia, en el norte del país), y era apoyada por una mayoría de la población.

En diciembre de 2006, Etiopia intervino en el conflicto somalí, en apoyo del GTS, para evitar que la UCI se hiciera con el control total. La intervención derrotó a la UCI, a pesar del apoyo de Eritrea, enfrentada regionalmente a Etiopia, siendo obligada a replegarse a Mogadiscio, la cual abandonaron el 28 de diciembre y permitiendo al GTS y a las tropas etíopes asumir el control la capital.

La derrota de la UCI, obligó a muchos de sus líderes a exiliarse. Dicho abandono de la cúpula de la UCI hizo que la parte de la organización, que quedó en Somalia, se escindiera en dos corrientes: una moderada que acabó integrándose en el Gobierno de Transición tras los Acuerdos de Paz de Yibuti de 2008, y otra radical, Al-Shabaab, que consiguió adueñarse poco a poco de partes importantes del territorio somalí, principalmente en el sur y centro del país.

Otro factor que ha tenido una influencia en la evolución del conflicto fue la declaración de guerra santa o jihad contra “los enemigos del Islam”, en concreto, el Gobierno de Transición y sus aliados, con dicho llamamiento se consiguió que un elevado número de voluntarios internacionales islamistas fueran atraídos hacia Somalia.

 

Origen de Al Shabaab

¿Qué es Al Shabab?, ¿De dónde viene? Fue creada en 2003 por Aden Hashi Farah, conocido como Ayro y fue denominada “Movimiento de la Juventud Muyahidin” (Harakat Shabab al Muyahidín), en realidad la rama juvenil de la UCI.

La guerra del 2006 contra el GTS y sus aliados etíopes, y el consiguiente derrocamiento de la UCI, llevó a que en la sociedad somalí se implantara la idea de que Al Shabab era el único elemento capaz de enfrentarse a la invasión extranjera. Por ello muchos somalíes se unieron a Al Shabab en su lucha contra los etíopes, sin saber realmente cuales eran los objetivos e intenciones de Al Shabab, y ello que propicio que dicha organización pasara a convertirse en un grupo insurgente.

En el año 2007 la Unión Africana decidió desplegar su Misión para el Apoyo a Somalia (AMISOM), con la finalidad de estabilizar la situación en el país, auxiliando al Gobierno de Transición. La intervención de las fuerzas de la (AMISON) ha conseguido derrotar a Al Shabab en sucesivas batallas, perdiendo el control, no solo de Mogadiscio, sino también de las principales ciudades incluyendo el puerto Kismayo.

 

Evolución de Al Shabab

Al Shabab en sus inicios, al ser la rama juvenil de UCI, originalmente se nutría de jóvenes adolescentes, procedentes en su mayoría de los barrios marginales de Mogadiscio y ya desde esos momentos iniciales la organización demostró una gran capacidad para organizarse, así como de adaptarse rápidamente a los cambios de situación. En sus primeros años centró sus actividades operativas en acciones aisladas contra cooperantes y trabajadores de organismos internacionales. Hasta 2007 Al Shabab limitó sus acciones al interior de Somalia, en un momento en el que el país era campo de disputa entre distintos grupos armados que actuaban con objetivos diversos. Al mismo tiempo, de las actuaciones aisladas de hostigamiento pasó a especializarse en el empleo de terroristas suicidas. Pero la derrota de la UCI le obligó a adoptar una postura más beligerante frente a la invasión etíope, por lo que se vio involucrada en una contienda de tipo convencional entre fuerzas ligeras. Ya en el año 2008, Al Shabab, pasó de controlar una pequeña zona en el sur del país a asumir el control de la mitad del total de éste y de parte de su capital, lo que le convirtió en uno de los grupos terroristas con más fuerza de la región, aplicando la ley islámica de manera muy estricta.

A raíz de la actuación de las fuerzas de AMISON en apoyo del GTS, Al Shabab cambió su estrategia y llevó a cabo los atentados de Uganda en el año 2010, mostrando con ello al mundo su capacidad para actuar también en el extranjero. Al Shabab ha evolucionado en sus tácticas, iniciando una serie de acciones de carácter transfronterizo y llevando a cabo una sucesión de escaramuzas en la frontera con Kenia, que acabó obligando a dicho país a intervenir en Somalia a finales del año 2011. Estas acciones, se caracterizan por consistir en una serie de ataques contra objetivos limitados (del tipo hit and run), empleado un número limitado de hombres armados (unos cincuenta con armas ligeras y pesadas), que se infiltraban hasta 50 kilómetros en el interior del país, fundamentalmente Kenia.

 

Intervención de AMISON

Las fuerzas de AMISON desplegaron en Somalia en el año 2008, llevando a cabo una misión de mantenimientos de la paz. A raíz de los atentados de Uganda se permitió a estas fuerzas realizar ataques preventivos con el fin de acabar con las milicias de Al Shabab. Como consecuencia Mogadiscio fue liberada en 2011 y comienzó a expandirse con el apoyo del ejército nacional somalí (SNA), en el año 2012. Al Shabab fue vencida en la batalla de Kismayo, abandonando ese importante puerto. La caída del puerto supuso para los radicales la pérdida de una las principales ciudades del país y de una de sus principales fuentes de financiación, así como de un punto de entrada de armamento para la organización.

Durante el último trimestre del año 2012 y el primer semestre de 2013 las fuerzas de AMISON y del SNA han continuado su expansión, llegando a liberar amplias zonas del sur y centro de Somalia, fundamente núcleos urbanos y vías de comunicación, hasta alcanzar su límite operativo. Mientras, Al Shabab, aunque perdiendo gran parte del territorio, ha mantenido una fuerza capaz de controlar las zonas rurales del interior. A partir de entonces Al Shabab, consciente de que no puede enfrentarse militarmente contra las fuerzas gubernamentales y las fuerzas de paz de la Unión Africana, ha intensificado el empleo de tácticas terroristas.

 

La vinculación con Al Qaeda

Las primeras noticias sobre una posible vinculación entre Al Shababy Al Qaeda aparecieron a mediados del 2007. Si bien inicialmente seguían siendo grupos distintos, mantenían relaciones de cooperación basadas en la existencia de unos intereses y objetivos comunes. Esta relación se fue intensificando a lo largo del tiempo hasta llegar al mes de febrero de 2013, en el que se produjo el anuncio oficial de su unión. Este nuevo tipo de relación ha tenido una seria repercusiones en el interior de Al Shabab. Desde los orígenes han coexistido dos tendencias, una de corte más bien nacionalista, que aspira a que Al Shabab libere el país de infieles e imponga la sharia, y otra facción más favorable a Al Qaeda y a su idea de una yihad global.

A esta situación interna de la organización, le debemos añadir la marcha negativa de los combates y el descontento que esto ha causado a los distintos cabecillas de las milicias regionales de Al Shabab. Todo ello se puede considerar que ha sido el detonante del denominado “Golpe de Godane”, ocurrido en el mes de junio pasado. El dirigente supremo de Al Shabab, Abu Zubayr, más conocido por Ahmed Abdi Godane, eliminó a diversos líderes disidentes del movimiento con el fin de reforzar su control del grupo. Así Ibrahim al-Afghani, un alto miembro de Al Shabab, que había criticado abiertamente el liderazgo de Godane fue eliminado. También apareció en la prensa la muerte sin confirmar del conocido dirigente Abu Mansour al-Amriki, un ciudadano norteamericano convertido en líder radical (si bien dicha noticia ha sido desmentida el pasado 3 de septiembre, cuando él mismo anunció su separación de Al Shabab y de Al Qaeda, debido según sus propias declaraciones a que Godane se ha alejado de los principios de la religión musulmana, convirtiéndose en un dictador). Asimismo, Hassan Dahir Aweys, líder del grupo militante islamista Hizbul Islam antes de unirse a Al Shabab, desertó del grupo por las amenazas de Godane.

Con estas acciones Godane ha logrado centralizar el poder sobre la actual organización de Al Shabab y con ello trata de evitar que se reproduzcan las situaciones vividas recientemente, en las que los líderes regionales de Al Shabab ejercieron una fuerte influencia en los niveles más elevados de la organización, siendo ello origen de continuos conflictos internos. Con esta acción, todo apunta a que Godane ha tomado el control más directo de la dirección política y estratégica del movimiento, habiéndose impuesto en el seno de la organización las posturas más pro Al Qaeda.

Con la integración en Al Qaeda y el “Golpe de Godane”, básicamente se ha conseguido que a nivel político, la rama más radical se haya hecho con el control de la organización, gracias al apoyo recibido de la organización fundad por Bin Laden. Porque más allá de la ayuda económica y operativa de Al Qaeda, al reconocer a Somalia como un frente principal en la yihad global, se le ha otorgado una credibilidad internacional, que ha permitido al movimiento Al Shabab evolucionar hacia un modelo similar al afgano, consiguiendo que combatientes fundamentalistas de todo el mundo ayuden a Al Shabab. En especial hay que mencionar la aportación de combatientes extranjeros de Afganistán y Yemen. A nivel táctico, ha permitido una mejora en capacidad operativa, introduciéndose procedimientos ya probados en otros frentes como Afganistán.

Pero esta llegada de combatientes radicales extranjeros no solo ha conseguido aumentar las capacidades operativas de Al Shabab, sino que también ha posicionado en contra al sector nacionalista del movimiento que considera que sector yihadista global ha alcanzado demasiada fuerza dentro de la organización, y que asimismo la adopción de tácticas extremas (ataques suicidas) dañan seriamente el apoyo popular a su causa.

 

Nuevas tácticas en Mogadiscio

La victoria del sector internacionalista en el seno de la organización también ha tenido su repercusión en el campo táctico. Debido al paro operativo de las fuerzas de AMISON en el medio rural los combates son esporádicos, centrando Al Shabab sus acciones en cortar las líneas de abastecimiento gubernamentales y en el hostigamiento permanente a sus puestos. En Mogadiscio se ha observado un cambio en las tácticas empleadas por Al Shabab. Así, se ha pasado del empleo de morteros móviles sobre vehículos para hostigar edificios (bombardeo de la sede de la presidencia somalí en Villa Somalia en abril y mayo pasados), al ataque al complejo de la ONU mediante el uso de un VIED (Vehicle Improvised Explosive Device), que permitió abrir paso a la actuación de un comando suicida en el interior de la instalación.

Otro aspecto que tiene su influencia en el cambio de tácticas de Al Shabab es la falta de recursos de la organización, debido fundamentalmente a la perdida de Kismayo.

Ello, combinado con el severo control a las transacciones financieras en Somalia, a las operaciones de lucha contra el contrabando en el Golfo de Adén y a la disminución del apoyo de Eritrea, ha conseguido limitar el acceso a Al Shabab a los recursos necesarios para el mantenimiento de sus acciones operativas. En este sentido, se han detectado acciones de extorsión a empresarios y comerciantes de la capital con el objeto de poder hacerse con los fondos necesarios que permitan sufragar las actividades.

 

Conclusión

La situación actual de Somalia, sigue siendo precaria. La caída de las grandes ciudades del país, fundamentalmente Kismayo fue interpretado por la comunidad internacional como el principio del fin de Al Shabab. Sin embargo, la realidad ha vuelto a mostrar la capacidad de adaptación de dicha organización.

Lo que inicialmente fue concebido como una guerra para eliminar a los "infieles" y establecer la sharia en Somalia, se ha convertido en un movimiento que está alineado cada vez más con la yihad global.

Tras las repetidas derrotas de Al Shabab en el campo de batalla frente a AMISON y las fuerzas de gubernamentales, la situación del movimiento parecía desesperada y próxima a su fin, pero las últimas actuaciones en la capital han demostrado que Al Shabab ha evolucionado a una forma de actuación más letal.

En la actualidad Al Shabab cuenta con una estrategia más radical y una dirección más centralizada. Esta evolución de Al Shabab integra a una nueva generación de combatientes, mayoritariamente jóvenes, con formación occidental, en muchos casos capaces de entender la sociedad occidental y por tanto también sus vulnerabilidades.

Recientemente el secretario general de la ONU Ban Ki-Moon afirmó: Los avances políticos, de seguridad y de desarrollo logrados hasta ahora en Somalia son reversibles, advirtiendo a la comunidad internacional que Somalia puede profundizar aún más en su situación de Estado fallido, y que para impedirlo los países del todo el mundo deben proporcionar a la fuerza de paz de la Unión Africana en Somalia helicópteros y vehículos blindados que permitan aumentar sus capacidades, para enfrentarse con éxito a los extremistas de Al-Shabaab.

Alberto González Revuelta es Coronel de Caballería, Diplomado en Estado Mayor, y se encuentra destinado actualmente en la European Union Military Training Mission en Somalia. Acaba de obtener el título de Máster en Estudios Estratégicos y Seguridad Internacional por la Universidad de Granada.

Editado por: Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI). Lugar de edición: Granada (España). ISSN: 2340-8421.

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