Análisis GESI, 39/2017
Resumen: Desde el comienzo de la guerra entre el Gobierno de Irak y el autoproclamado Estado Islámico, se ha ido observando un modelo de actuación de éste último que se puede incluir en el concepto de guerra híbrida. Atendiendo a esa premisa, este trabajo pretende profundizar en las relaciones que existen entre los mecanismos de actuación en un marco híbrido, investigando las repercusiones que el éxito o el fracaso en un mecanismo tiene sobre otro.
Para ello se han elegido dos mecanismos: el terrorismo y el combate directo contra las Fuerzas Armadas iraquíes por el control del territorio iraquí. Los resultados de este trabajo serán útiles para entender la forma y las dificultades que se presentan al combatir a un enemigo que actúa en base a un modelo híbrido.
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Introducción
Desde que en 2006 Hizbullah derrotara, o al menos impidiera la victoria, a Israel en la conocida como guerra de Julio en el sur del Líbano, se abrió paso un nuevo enfoque en el modo de operar en los conflictos asimétricos. En esa época, Hizbullah ya poseía partido político propio y una milicia como brazo armado. Así, Hizbullah es un ejemplo único, al menos en 2006, de organización terrorista (admitido como tal por la UE en 2013) con capacidades militares, y utilizó absolutamente todas en su enfrentamiento contra Israel (Valensi & Brun, 2012); extendiendo un concepto relativamente novedoso como es el de Guerra Híbrida basado en un arte operacional sin restricciones que explota las limitaciones que los países occidentales imponen a sus Fuerzas Armadas (Guindo & González, 2015).
Un año antes en Irak, en 2005, las elecciones de Diciembre demostraron una voluntad de acuerdo entre las comunidades sunní y chií que dejaba a Al Qaeda en Irak parcialmente aislada de la población. La solución que adoptó este grupo terrorista para solventar esa situación les llevó a unirse a otros grupos insurgentes, formando el Consejo de la Shura de los Muyahidin. En 2006, Este Consejo crea el autodenominado Estado Islámico de Irak (ISI en sus iniciales en inglés), al mando de Abu Omar Al Baghdadi y como “ministro de defensa” Abu Ayyub Al Masri (líder de Al Qaeda en Irak tras la muerte de Al Zarqawi) (Jordán, 2015).
Debido al alto componente extranjero del ISI, la relación con la población local no fue amigable, incluida la población sunní. Este desapego viene originado por la incapacidad del ISI de defender a la población sunní una vez metidos en una espiral de violencia sectaria con los chiíes y norteamericanos. Tal es así que en la región de Al-Anbar tribus sunníes se aliaron con las fuerzas norteamericanas para combatir al ISI en su provincia. Estas alianzas llevaron a un paulatino descenso de las muertes provocadas por la violencia, siendo 2008 el año del declive del ISI. Éste supo adaptarse y pasó a convertirse en una organización terrorista especializada en atentados con gran cantidad de víctimas y trasladando sus base a la ciudad de Mosul, en donde las tensiones entre kurdos y sunníes les permitía ganarse de nuevo el apoyo de la población (Jordán, 2015).
En Abril de 2010, son abatidos los dos principales líderes del ISI, entrando la organización en uno de sus peores momentos. Sin embargo, y bajo el mando de Abu Bakr Al Baghdadi (nuevo líder de la organización), el ISI reaccionó reclutando a sunníes resentidos con las políticas sectarias del Gobierno iraquí liderado por Al-Maliki y asaltando prisiones para liberar a sus miembros y cuadros de mando. En dichas prisiones es donde se crearon los lazos con antiguos oficiales iraquíes de inteligencia y miembros del partido Baaz (base del Gobierno de Sadam Hussein) (Jordán, 2015). Tal fue el resurgimiento que en 2011 el ISI era capaz de atentar incluso en las zonas chiíes del sur de Irak y en la zona bajo control kurdo del Kurdistán.
Un año después, en 2012, Abu Bakr inició la actividad del ISI con una nueva campaña para liberar a los presos de las cárceles iraquíes. El nuevo grupo supuso una opción viable para los antiguos presidiarios, extremistas y desempleados, objetivo de una cuidadosa propaganda dentro del contexto de una realidad política muy inestable. Las conquistas militares, la buena organización y su eficiente aparato de propaganda consolidaron a la organización que, incluso, se involucró en el conflicto sirio por medio de Jabbat al-Nusra ash-Sham (Frente de Apoyo al Pueblo de Levante).
En 2013 Abu Bakr al-Baghdadi crea un frente unido integrado por Al Nusra y el Estado Islámico: El Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIS en sus siglas en inglés, DAESH en árabe). Al año siguiente se proclama el autodenominado Estado Islámico (EI) y comienza una ofensiva militar que, con una extensa publicidad en la red, conquista importantes ciudades de Iraq y Siria.
Este conflicto regional tiene sus dos polos de atención en Siria e Iraq. En ambos países actores estatales y no estatales compiten por controlar territorios o mantener y aumentar influencias dentro de lo que ya se puede considerar una guerra civil en ambos Estados. El comportamiento de estos actores en la guerra contra DAESH en Iraq se da en un marco realista: (Aymerich, 2013) preservación de intereses, contención de las amenazas percibidas o reales a su seguridad y un intento por afianzar su poder e influencia en la región. En estas circunstancias, la actuación del gobierno iraquí debe navegar entre dos objetivos: derrotar al EI en su territorio y estabilizar la sociedad iraquí reduciendo la violencia sectaria.
Estos objetivos son consecuencia directa de la forma de combatir de DAESH, evolución de la utilizada por Hizbullah en el marco de un conflicto híbrido. DAESH ha empleado y emplea actualmente todos los mecanismos a su alcance, como son terrorismo, combates con equipamiento convencional, guerra irregular, etc., de forma integrada y coordinada por un solo grupopara afianzar su territorio y expandirlo en la medida de sus posibilidades. Combate como organización en todo Irak, centrando su presencia en las áreas de mayoría sunní y actuando en el resto con medios terroristas o mediante incursiones puntuales.
De este modo, DAESH hace presente su actuación en todo el teatro de operaciones, que en este caso es Irak (DAESH opera en otros países de forma directa y en el mundo occidental por medio de acciones terroristas) y, especialmente, la mitad norte; por medio de diferentes mecanismos de actuación integrados y coordinados en su concepción y descentralizados en su ejecución.
El propósito de este trabajo es analizar las conexiones, si las hubiera, entre esos mecanismos empleados por DAESH, centrándose en dos de ellos: el terrorismo y el combate, más similar a la guerra convencional que lleva a cabo por el control del territorio; con la intención de averiguar si combatiendo a uno de los mecanismos de la guerra híbrida, se provoca efectos en el otro.
Para ello, esta investigación tiene por objetivo intentar demostrar la existencia de una relación entre los mecanismos de actuación del DAESH, confirmando o desmintiendo la interrelación entre la rama de combate convencional y la rama de acciones terroristas del DAESH, en el marco de un modelo de guerra híbrida.
Las conclusiones de esta investigación serán útiles a la hora de entender cómo y con qué capacidades se debería contrarrestar a DAESH, concentrándose o bien en un solo mecanismo (lucha por el control del territorio) o, por otro lado, combatiendo todas y cada una de las formas de acción que este grupo emplea en la actualidad, dependiendo del grado de influencia que el devenir de uno tenga sobre el otro.
Para lograr este objetivo, la investigación se guiará por una hipótesis de partida que permitirá centrar y organizar la infinidad de datos que se pueden obtener de este conflicto. El enunciado de esta hipótesis es:
La pérdida de control de territorio de DAESH implica una disminución de las acciones terroristas en el territorio iraquí no afectado directamente por los combates.
De esta manera, la hipótesis enuncia que la pérdida de capacidades en una rama de la organización, debilita el conjunto de la misma y por tanto, esa debilidad resiente los demás mecanismos de actuación.
Siguiendo un método de trabajo hipotético-deductivo, analizaremos todos los datos referentes a la evolución del territorio controlado por DAESH y toda la información disponible en relación a los ataques terroristas que este grupo ha perpetrado en Irak en el marco del conflicto actual.
Marco teórico
Una de las características de la guerra híbrida es que en ellas se hace presente la trinidad de Clausewitz (Clausewitz, De la Guerra, 1827//1980): las élites políticas (dirige la guerra), las fuerzas armadas (representan la “voluntad” de vencer) y la sociedad o pueblo (se identifica con la “pasión”). Según Clausewitz, el éxito de una campaña militar depende de que estos tres elementos estén conectados y coordinados. De esta forma, la guerra híbrida afecta a todos los estratos y estructuras de la sociedad; pero además lo hace de forma novedosa, ya que no es la suma de elementos (convencionales o regulares, irregulares, terroristas, etc.) que pueden coordinarse eventualmente en el nivel estratégico, sino una fuerza integradora de todas esas capacidades en el nivel operacional (y ocasionalmente en el táctico). Es decir, hay una “fusión” entre métodos convencionales e irregulares (Hoffman F. G., 2009).
El conflicto que enfrenta al autodenominado Estado con el poder gubernamental iraquí se enmarca en un conflicto del tipo guerra civil, al entrar en la definición “lucha armada dentro de los límites de una entidad soberana reconocida, entre partes sujetas a una autoridad común al inicio de las hostilidades”(Kalyvas, 2009), que originalmente fue producto de la organización liderada por Al Zarkawi que, mediante un uso masivo de la violencia, enfrentó a las dos principales comunidades musulmanas de Iraq: sunníes y chiíes(Martínez, 2017). Las guerras civiles, a lo largo de la historia, han tomado diferentes formas: desde combates puramente convencionales (Guerra Civil española 1936-1939) hasta acciones guerrilleras en un estadio asimétrico (Nicaragua 1979). Los enfrentamientos suelen tener como objetivo no sólo un terreno físico, sino la adhesión de la población, forzada o voluntaria, a las pretensiones políticas de uno de los grupos enfrentados. A nivel macrohistórico, las lealtades preexistentes a una guerra civil son de suma importancia para el resultado de la misma, sin embargo, a nivel microhistórico, se apunta a una multitud de mecanismos que crean o modifican las alianzas y lealtades iniciales (Kalyvas, 2006). La vía principal en un conflicto civil para activar esos mecanismos es la violencia.
La violencia obliga a entidades o grupos humanos a replantearse su posición inicial, variando lealtades en aras a alcanzar un objetivo parcial rentable para sí mismo; y es la forma de utilizar esa misma violencia la que va a caracterizar el desarrollo del conflicto armado. De esta manera, el original enfrentamiento entre facciones religiosas (sunníes y chiíes) evolucionó en un enfrentamiento entre una organización sunní radical y el resto de la sociedad iraquí.
En Iraq, el conflicto interno llevaba muchos años gestándose con un terrorismo muy activo respaldado por al-Qaeda y, en cierto modo, internacionalizado con insurgentes llegados de diferentes países del entorno. Todo evolucionó rápidamente con la auto proclamación del Abu Bar al-Bagdadi como Califa el 5 de julio de 2014, cuyo objetivo se centraba en levantar en el corazón de Iraq una nación musulmana suní (Pila, 2015). Es decir, se pretende crear una entidad nacional independiente dentro de otra ya establecida creando así un conflicto armado interno cuya primera fase consistió en la expansión y consolidación militar de un territorio. Ya desde 2014 se combinaron acciones terroristas con ofensivas limitadas cuyo resultado más destacado es la captura de grandes cantidades de armamento ligero y pesado que proporcionó unas capacidades militares muy superiores a las disponibles en otros grupos armados de la zona. En este punto, y puesto que DAESH pone en marcha todo un aparato burocrático potenciando la administración, la economía y los servicios (Jordán, 2015), se puede considerar que DAESH sobrepasa la definición de grupo terrorista, entendido según la Unión Europea como “…todo grupo estructurado de más de dos personas, establecido durante cierto tiempo, que actúe de manera concertada con el fin de cometer actos terroristas. Por grupo estructurado se entenderá un grupo no formado fortuitamente para la comisión inmediata de un acto terrorista sin que sea necesario que se haya asignado a sus miembros funciones formalmente definidas, ni que haya continuidad en la condición de miembro o una estructura desarrollada" (Consejo de la Unión Europea, 2001).Es un grupo con capacidades terroristas y convencionales con el objetivo de crear, defender y expandir un califato y que por lo tanto entiende como teatro de operaciones a todo el Estado, siguiendo una visión flexible de las fronteras en las que se combinan incursiones profundas en territorio enemigo con retirada tácticas, sin que la pérdida de este terreno suponga ningún problema (Jordán, 2015).
La suma de combatientes irregulares y material bélico propio de ejércitos convencionales permitió ejecutar un tipo de guerra híbrida, definida como “…una amenaza que, susceptible de ser utilizada tanto por estados como por actores no-estatales, aprovecha toda la gama de modos y estilos de lucha disponibles. Éstos pueden incluir formas convencionales; tácticas y orgánicas irregulares, actos terroristas fundamentados en el uso de la violencia y la coerción de forma indiscriminada; e incluso actos criminales” (Hoffman, 2007), ya experimentada con éxito por Hizbullah en el sur del Líbano, entre el doce de julio y el 13 de agosto de 2006.
La conjunción de voluntad y capacidades, permitió al DAESH enfrentarse a un ejército iraquí ruinoso, con cifras de efectivos abultadas con un fin fraudulento y con unos mandos que compraban su cargo por una cantidad de dinero que posteriormente pretendían recuperar por medios ilegales. Todo ello unido a una cadena logística desastrosa (Jordán, 2015).
Sin embargo, la adopción de formas de combate abiertas interrelacionadas con un territorio, no supuso el fin de la campaña terrorista que, mediante atentados, secuestros y diversos tipos de coacción, continuaba azotando a la población iraquí. DAESH incrementó significativamente su campaña de terror después de un asalto sobre manifestantes sunníes en la ciudad de Hawija el 23 de Abril de 2013 (Katzman & Humud, 2016). Se llegaron a perpetrar unos 40 grandes atentados al mes; cuatro veces más al mes de los perpetrados en 2010 (Knights, 2013), y esta forma de actuación, con intensidades variables, llega hasta nuestros días.
Postulando que la forma de actuación de DAESH está enmarcada en un modelo híbrido para combatir al Gobierno de Iraq, es de vital importancia el concepto de liderazgo dentro de la organización. De esta forma, se evidencia que las actividades llevadas a cabo en el frente, controlando una población o una parte del territorio, están bajo la misma dirección que los terroristas que perpetran atentados en las zonas de Iraq libres de combates.
Esa dirección proporcionaría la guía de actuación a estas dos ramas existiendo una relación entre ambas de alcance desconocido y no estudiado de tal manera que las vicisitudes de un mecanismo de la guerra híbrida pueden afectar a los demás, condicionando su actividad; siendo el análisis de una de estas relaciones, el objetivo de este trabajo.
Metodología
Objetivo de la investigación
El objetivo de esta investigación es intentar demostrar la existencia de una relación entre los métodos de actuación del DAESH confirmando o desmintiendo la interrelación entre la rama de combate convencional y la rama de acciones terroristas del DAESH, en el marco de un modelo de guerra híbrida.
Hipótesis de investigación
Postulando que la forma de actuar del DAESH es un modelo híbrido, se asume un mando común a todas las acciones de las diferentes ramas del DAESH. Así, las acciones terroristas y las operaciones para mantener el control del territorio, tienen un mando común que las coordina e integra. Sería interesante averiguar si estas ramas que utilizan mecanismos de acción diferentes, son independientes entre ellas o, por el contrario, el éxito o fracaso en una de ellas condiciona la acción de la otra. Existiendo múltiples direcciones de investigación de esta relación, en este trabajo se ha buscado una fórmula simple y directa para demostrarla.
Así, la hipótesis de partida de esta investigación, partiendo del postulado expuesto, es:
La pérdida de control de territorio de DAESH implica una disminución de las acciones terroristas en el territorio iraquí no afectado directamente por los combates.
De esta forma, se postula que la perdida de territorio, con lo que conlleva (pérdida de recursos económicos, sociales y propagandísticos), repercute en la efectividad de otras ramas de la organización con mecanismos de actuación diferentes dentro del marco de modelo híbrido.
Con esta hipótesis de partida, podremos guiar la organización de los datos disponibles y, confirmándola o refutándola, obtener conclusiones interesantes que profundiza en la comprensión del empleo de la guerra híbrida por el EI.
Método
Para realizar esta investigación, se ha utilizado el método científico de las ciencias sociales por un procedimiento hipotético-deductivo, considerándolo un estudio de tipo exploratorio, ya que el objeto de la investigación no ha sido estudiado anteriormente.
Variables
Para la investigación se han tenido en cuenta una variable dependiente y una variable independiente:
Variable Dependiente:
Para esta investigación, la variable dependiente consistirá en la disminución de la acción terrorista del EI, tomando como indicador el número de acciones terroristas que esta organización ha perpetrado en el territorio iraquí no afectado por los combates.
La denominaremos VD y su medida será el número de acciones terroristas perpetradas en periodos de dos meses entre mayo de 2014, mes en que DAESH comenzó a tener un control efectivo de territorio iraquí, y diciembre de 2016 (debido a la dificultad de asegurar la fiabilidada de los datos en 2017). Los actos de terrorismo se adecuarán a la definición de terrorismo de J.L. Rodríguez-Villasarte y Prieto: “fenómeno de desviación social violento, que altera la paz pública de un sistema institucionalizado, utilizando medios comisivos capaces de infundir temor y causar un riesgo injusto a la comunidad social” (Prieto, 1990). Se tendrán en consideración todas las acciones con un objetivo político, social, económico o religioso llevadas a cabo por DAESH. Así mismo, en las acciones contabilizadas, debe existir evidencia de una intención más allá de las víctimas directas de la acción y sólo se estudiarán aquellas ajenas al contexto de los combates por el control del territorio iraquí.
Variable Independiente:
La variable independiente de esta investigación es la pérdida de territorio por parte del EI, entendiendo este territorio como la parte de la Nación iraquí que está bajo el control completo de la organización
La denominaremos VI y su medida vendrá dada por unos valores asignados por el autor.
Debido a la orografía iraquí, mayoritariamente desértica y con la población concentrada en núcleos, el territorio controlado se medirá según las poblaciones que estén bajo poder de DAESH. A cada núcleo urbano se le asignará un valor dependiendo de la población que habitaba en ellos antes del conflicto, siendo el valor de la VI la suma de los valores asignados a las poblaciones controladas. Al igual que la VD y para facilitar la relación, se estudiará el valor de la VI cada dos meses. En aquellas poblaciones que durante el periodo de estudio se encuentren en combate por su dominio, se le asignará un valor la mitad del inicial del estudio.
Variables contextuales:
Las variables que afectan a un conflicto armado de cualquier característica son prácticamente innumerables, de todas ellas, las que más podrían afectar a los datos de la investigación son las siguientes:
VE-1 Luchas internas en DAESH: aunque la existencia de estos conflictos internos tienen relación con la moral y la efectividad de los combatientes, no considero que afecte a la relación existente entre las distintas ramas que actúan en el frente y en actos terroristas ya que el objeto del estudio es demostrar la existencia de las relaciones entre formas de acción, no valorar su grado de eficacia.
VE-2 Evolución de la economía iraquí: especialmente vinculada al precio del petróleo. La capacidad económica influye directamente en el equipo, preparación y logística de los combates. Sin embargo, y aún con ayuda económica extranjera, la preparación y equipamiento del ejército iraquí está implícitamente integrada en la evolución del territorio reconquistado al DAESH y por lo tanto forma parte de la VI, pero no afecta a la relación entre variables.
VE-3 Evolución de la situación en Siria: el hecho de que DAESH actúe en dos países con circunstancias muy diferentes puede afectar a su capacidad económica y militar, pero no a su sistema, de existir uno, de coordinación de acciones convencionales y terroristas.
VE-4: Actuación de DAESH en Occidente: los atentados perpetrados en occidente tienen una gran repercusión mediática y activan diversos mecanismos de prevención y lucha antiterrorista. Pero estos mecanismos afectan principalmente a los países occidentales en los que se lleva a cabo y no directamente en territorio iraquí. Sería otro mecanismo de actuación de DAESH pero no objeto de este trabajo.
Fuentes utilizadas
Ante la imposibilidad de obtener datos directamente sobre el terreno ni realizar entrevistas a personas responsables en los ámbitos de análisis de este trabajo, se han consultado fuentes abiertas del Institute for the Study of War, Global Terrorism Database y diversas fuentes geográficas de la red.
Desarrollo de las variables
VI. Cálculo de la pérdida del territorio bajo control de EI
La población iraquí, debido al carácter mayoritariamente desértico de Irak, se concentra en núcleos de población a caballo de los ríos Tigris y Éufrates. Debido al carácter discontinuo de las zonas controladas por DAESH y centrándose éstas en los núcleos urbanos, se han tomado estos como referencia para la medición de esta variable.
De esta forma, se valora la presencia de DAESH en Iraq en función de las poblaciones que tenga en su poder. Para contabilizar esas poblaciones y tener en consideración la importancia de las mismas, se ha asignado un valor numérico a cada una de ellas. Dicho valor es el resultado de sumar un punto por cada 50.000 habitantes. Este sistema obvia aquellas poblaciones con un número menor de habitantes, asumiendo por ello que la toma o pérdida de esos núcleos no supone un avance o retroceso apreciable en el marco general de la actuación de DAESH en Irak. El listado de las principales poblaciones con el valor asociado a las mismas se expone en el Anexo I de este trabajo.
Una vez valorados los núcleos de población, se hace uso de los informes de situación y mapas de control del territorio que están disponibles en la página web del Institute for the Study of War (Istitute for the Study of War, 2017). Con esa información es posible localizar las poblaciones bajo control del DAESH en un mes determinado. Al realizarse el estudio en periodos de dos meses, se ha realizado la medición en los últimos días del segundo mes de cada grupo. El resultado es consecuencia de la suma de los valores de cada población; con la salvedad de aquellas poblaciones en las que se esté combatiendo en el momento estudiado, cuyo valor asignado será la mitad del otorgado en un principio. El resultado es una tabla (Fig. 1) con una puntuación por cada periodo de dos meses:
Valor numérico de territorio controlado por el EI
Fig. 1 Fuente: el autor.
Una vez obtenidos los valores, y con el objetivo de visualizar un porcentaje de pérdida de control del territorio, se asigna al mayor valor el 100% de control. Siguiendo este sistema, cada periodo de dos meses tendrá asociado unporcentaje de control del territorio en relación al momento de máxima expansión. El resultado es la tabla Fig. 2:
Porcentaje de territorio mantenido por el EI
Fig. 2 Fuente: el autor
Con los porcentajes, realizamos una gráfica temporal que abarca el periodo estudiado y en la que a simple vista se puede observar la evolución del DAESH en Iraq en base a los valores otorgados a las poblaciones.
Fig. 3 Fuente: el autor
A la vista de la gráfica se intuye una pérdida progresiva de control del territorio pero no de una forma lineal. Resaltar que los últimos meses de 2016 se comienza la aproximación por las fuerzas gubernamentales y peshmergas kurdos a la ciudad de Mosul, bastión principal del DAESH en Iraq, y por tanto fuertemente defendida; lo que conlleva una ralentización severa en los avances contra esta organización (Staley Smith, 2017).
Dentro del concepto de guerra híbrida, el gráfico representa la evolución de una de sus ramas que tiene como objetivo principal mantener las posiciones conquistadas e intentar, en la medida de sus posibilidades, expandir el territorio bajo su control.
VD. Cálculo de la evolocuión de la acción terrorista de EI
El estudio de la VD se hace en base a la definición de terrorismo ya enunciada: de J.L. Rodríguez-Villasarte y Prieto: “fenómeno de desviación social violento, que altera la paz pública de un sistema institucionalizado, utilizando medios comisivos capaces de infundir temor y causar un riesgo injusto a la comunidad social” (Prieto, 1990).Atendiendo a esta definición se han contabilizado todas las acciones, aún las no letales o sin víctimas mortales, que tienen como fin alterar el normal funcionamiento de las instituciones públicas.
Los criterios utilizados para la búsqueda de estas acciones en las bases de datos son los siguientes:
Actos reivindicados o de comprobada autoría del “Islamic State of Iraq and Levant” (ISIL en sus siglas en inglés y DAESH en iniciales árabes).
Sólo se contabilizan los actos perpetrados por DAESH en Iraq. En este trabajo se obvian las acciones en Siria o en cualquier otra parte del mundo, incluyendo Occidente.
Respecto a los medios materiales utilizados, se ha considerado cualquier tipo de material químico, radiológico o biológico, explosivos y bombas, armas simuladas, armas incendiarias, equipos de sabotaje y vehículos.
Los tipos de ataque estudiados han sido: asaltos armados, asesinatos, explosiones o bombas, ataques a infraestructuras o instalaciones, secuestros, toma de rehenes, asaltos sin uso de armamento y ataques suicidas.
Los objetivos considerados abarcan todo el espectro, desde instalaciones gubernamentales, privadas e internacionales, personal civil o militar nacional o extranjero, medios de comunicación y periodistas hasta instituciones y personalidades religiosas.
Se tienen en cuenta toda acción terrorista, independientemente del número de bajas provocada si es que hubiera.
Una vez contabilizados todas las acciones, sólo entrarán en consideración para este estudio aquellas que persigan un objetivo político, económico o religioso, aquellas de las que se tenga alguna evidencia de búsqueda de coacción, intimidación o que transmitan un mensaje a una audiencia o audiencias más allá de las víctimas directas del ataque y aquellas que estén fuera del contexto de los combates que se llevan a cabo para obtener el control físico de un área de terreno o población.
Para obtener la información sobre las acciones terroristas que cumplen estos criterios, se ha utilizado la base de datos Global Terrorism Database (GTD)(Department of Homeland Security Center of Excellence, s.f.).
Al igual que la VI, se han obtenido los datos relativos a los ataque terroristas efectuados en periodos bimensuales, desde Mayo de 2014 hasta Diciembre de 2016, con el siguiente resultado:
Número de acciones terroristas del EI
Fig. 4 Fuente: GTD
Siguiendo el mismo método de análisis utilizado para la VI y con el doble objetivo de valorar porcentualmente el aumento o disminución de los actos terroristas y la comparación entre la VI y la VD, asignamos al máximo valor de “acciones terroristas” el porcentaje 100% y, según esa relación, asignamos un porcentaje a todos los periodos estudiados, dando como resultado la siguiente tabla (Fig. 5):
Porcentaje evolución de las acciones terroristas
Fig. 5 Fuente: autor
Una vez obtenidos los porcentajes, elaboramos una gráfica que nos permita observar la evolución del número de acciones terroristas en el periodo de estudio de este trabajo. El resultado es la Figura 6.
Fig. 6 Fuente: el autor
A la vista de la gráfica se aprecia una disminución progresiva del número de acciones terroristas hasta el periodo de Mayo-Junio de 2016, en que se observa un aumento significativo y puntual de las mismas. Este periodo coincide con la toma de Fallujah, bastión importante en poder de DAESH que a finales de Junio es controlada completamente por tropas gubernamentales. En el periodo Septiembre-Octubre las acciones terroristas aumentan significativamente aunque vuelven a sufrir una disminución en los dos últimos meses de 2016. En este bimestre se inician las primeras aproximaciones de las fuerzas gubernamentales a la zona de Mosul y las Planicies de Nínive, rompiendo el frente que une las ciudades de Hawija y Mosul, los dos principales núcleos de población en poder de DAESH.
Este otro mecanismo de la guerra híbrida tiene una evolución “a la baja”, aunque no lineal en el periodo estudiado. Es visible el cambio de tendencia en los últimos meses de 2016, posible reacción a la situación del frente.
Relación entre VI y VD
El trasponer los datos de ambas variables a porcentajes, permite una comparación entre ambas. De forma meramentegráfica (figura 7) y mostrando las dos variables en la misma línea temporal, se puede apreciar una disonancia entre ambas.
Fig. 7 Fuente: el autor
El coeficiente de correlación simple entre ambas variables, nos da como resultado -0,0686; por lo que, al ser tan bajo, podemos afirmar que no existe una relación entre ellas.
Profundizando un poco más en el análisis estadístico de las variables, se busca un modelo en el que no sólo se tenga en consideración la comparación entre datos de un mismo bimestre, sino que además se consideren los datos del bimestre anterior, buscando estudiar la posibilidad de que exista un efecto retardado de la VI sobre la VD. Es decir, se utilizan dos variables regresoras: el valor del territorio bajo control del Estado Islámico en un bimestre y el valor del territorio bajo control del Estado Islámico en el bimestre anterior. El resultado es 0,1117, que aunque mayor que el coeficiente de correlación simple, sigue siendo demasiado bajo como para afirmar la existencia de relación alguna entre ambas variables.
Conclusiones
Conclusión general
Como resultado de la investigación, se debe refutar la hipótesis de partida, “La pérdida de control de territorio de DAESH implica una disminución de las acciones terroristas en el territorio iraquí no afectado directamente por los combates”.
No existe a priori un modelo de correlación que permita afirmar que una victoria contra el DAESH en el terreno físico bajo su control va a tener como consecuencia una disminución o desaparición de la actividad terrorista.
Aunque en algunos puntos coincidan los momentos de máxima expansión con las máximas cantidades de acciones terroristas, no se puede deducir una relación, ya que también coinciden esos máximos con los momentos de mayor pérdida de terreno.
El hecho de refutar la hipótesis no significa que no haya relación entre lo que ocurre en el campo de batalla y las acciones terroristas en el resto del territorio, sino que no existe una relación directa entre éxito o fracaso en el control del territorio y el aumento o disminución de la actividad terrorista.
Conclusiones parciales – Resultados de la investigación
Se deben combatir todos los mecanismos de acción de la guerra híbrida de forma integrada pero independiente.
El hecho de que no exista una relación directa demostrable entre el aumento o disminución del control del territorio iraquí y el aumento o disminución de la actividad terrorista, nos lleva a pensar en una cierta independencia entre ambos mecanismos. De tal forma que la capacidad terrorista no se ve sustancialmente afectada por la pérdida de capacidad de combate en los enfrentamientos directos por el control de un área o población.
El concepto de guerra híbrida, como ya se ha expuesto, implica la utilización de todos los medios al alcance de manera integrada y coordinada. El hecho de que actuar contra un mecanismo no afecte proporcionalmente a otro, implica la necesidad de combatirlos por separado y con tácticas y técnicas que se adecuen al objetivo.
Para Iraq significa la necesidad de desarrollar su aparato policial y de inteligencia al igual que sus Fuerzas Armadas, ya que DAESH actúa en todo el espectro del conflicto y se debe contrarrestar cada línea de actuación ejecutada.
DAESH emplea el terrorismo más allá de la mera aspiración política
El análisis de la gráfica que relaciona ambas variables nos presenta un aumento drástico de la actividad terrorista desde mediados de 2016, coincidiendo con la pérdida de Fallhuja y el avance a los alrededores de Mosul. Este aumento de actividad puede entenderse como un intento de desestabilizar de forma indirecta a las unidades gubernamentales que combaten en el frente y a su sistema de mando y control estratégico. Salvando las diferencias en tiempo y dimensión, es la misma táctica que en la segunda guerra mundial empleaban los aliados contra la retaguardia nazi, con el fin, entre otros, de desmoralizar a las tropas que combatían en primera línea.
Se deduce por tanto una coordinación entre los mecanismos de guerra híbrida otorgada por un mando común que, por otro lado, está implícita en la propia definición de modelo de guerra híbrida. No se utiliza el terrorismo sólo como medio, a falta de otros, para conseguir alcanzar un objetivo político, sino que se utiliza como medio para apoyar las acciones que se están llevando a cabo en la línea de frente.
Independientemente del resultado de la defensa del territorio bajo control del DAESH, no se abandona la rama terrorista.
Una conclusión inmediata que se obtiene al cruzar las dos variables, es la falta de linealidad entre combate convencional o regular y los actos terroristas.
Multitud de conflictos a lo largo de la historia e incluso la 2ª Guerra del Golfo nos dan a entender que la actividad terrorista es una herramienta a utilizar cuando las fuerzas convencionales pierden toda su capacidad de combate. De este modo, cuando un ejército es demasiado potente para hacerle frente en terreno abierto y de forma convencional, se utilizan tácticas de guerrilla y terrorismo contra su retaguardia. Esta linealidad que pasa de lo convencional a lo irregular no se presenta en este conflicto. Ambas conviven y operan a la vez, complementando la actividad una de la otra, y obligan a emplear simultáneamente todos los medios militares y policiales, con el desgaste económico y humano que ello representa.
El terrorismo no compensa la pérdida de territorio
Se podría pensar que cuanto más control del territorio se vaya perdiendo, más aumentaría la acción terrorista. Sin embargo, el análisis de las dos variables nos indica que no es así necesariamente. DAESH ha perdido territorio de forma progresiva desde Agosto de 2014 y la actividad terrorista desde ese mes hasta Abril de 2015 se redujo sensiblemente.
Cabe la posibilidad de que haya sido más una orden o dirección de la cúpula del DAESH la responsable de aumentar la presión terrorista que una consecuencia directa, que acabamos de demostrar que no existe, entre la pérdida de territorio y el aumento de forma automática de la actividad terrorista.
En cualquier caso, al estar realizado este trabajo a la luz de los hechos constatados, no es posible actualmente, por medio de fuentes abiertas o desclasificadas, conocer la intención de los líderes de DAESH al estar siendo derrotados.
Posibles líneas de investigación
Del estudio llevado a cabo y después de analizar multitud de datos, se abren varía vías para explorar la relación entre los mecanismos que DAESH utiliza para combatir al Gobierno de Irak.
La pérdida de control de poblaciones y áreas de Irak por parte de DAESH no genera en sí una reacción en el número de atentados, pero sí se abre la posibilidad de analizar cualitativamente esa pérdida de territorio, relacionando hechos específicos en el combate con el aumento o disminución de actividad terrorista en fechas próximas al evento. Así se buscaría la existencia de correlaciones entre la pérdida de una ciudad concreta y las repercusiones que en retaguardia tiene ese hecho.
Durante el análisis de las acciones terroristas se han identificado variaciones en los diferentes tipos de ataque, de tal forma que los ataques con resultados letales aumentan en proporción a finales de 2016 de lo que lo hacían a mediados de 2014. Puede que sí se halle una relación entre el resultado de la guerra por el territorio y el tipo de atentados llevados a cabo.
En futuras investigaciones, sería muy aclarador añadir la variable factor económico del DAESH, variable que actualmente es desconocida en medios civiles y que puede arrojar luz a la evolución de las formas de combatir de este grupo.
Fernando J. Tribiño Fernández es Comandante de Caballería en el Ejército de Tierra.
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Anexo I
Tabla de valoración de las principales ciudades de Irak
POBLACIÓN |
VALOR |
POBLACIÓN |
VALOR |
ABU GHRAIB |
3 |
KARBALA |
8 |
AD DIWANIYAH |
19 |
KHALIS |
1 |
AL AMARAH |
10 |
KHANIQIN |
3 |
AL KUT |
8 |
KIRKUK |
12 |
AN NAJAF |
16 |
MOSUL |
34 |
AN NASRIYAH |
5 |
MUQDADIYAH |
1 |
AR RAMADI |
9 |
NORTHERN BABIL |
3 |
BAGHDAD |
180 |
QAIM |
3 |
BAIJI |
4 |
SADIYAH |
1 |
BALAD |
1 |
SAMARRA |
3 |
BAQUBAH |
9 |
SHIRQAT |
3 |
BASORA |
32 |
SINJAR |
1 |
FALLUJAH |
3 |
SULEIMAN BEK |
1 |
HABBANIYAH |
1 |
TAJI |
8 |
HADITHA |
1 |
TEL AFAR |
4 |
HAWIJA |
9 |
TIKRIT |
1 |
HIT |
1 |
TUZ KHURMATU |
1 |
JALULA |
1 |
UDHAIM |
1 |
Fig. 8
Anexo II
Mapas de Irak junio 2014 y diciembre 2016
Anexo III
Análisis estadístico de las variables
Periodo bimensual |
VI |
VD |
control (X) |
ataques (Y) |
2014 Mayo-Junio |
90 |
59,39 |
63 |
136 |
2014 Julio-Agosto |
100 |
89,08 |
70 |
204 |
2014 Septiembre-Octubre |
99,29 |
96,94 |
69,5 |
222 |
2014 Noviembre-Diciembre |
95,71 |
69,87 |
67 |
160 |
2015 Enero-Febrero |
92,86 |
59,83 |
65 |
137 |
2015 Marzo-Abril |
90,71 |
64,63 |
63,5 |
148 |
2015 Mayo-Junio |
98,57 |
55,46 |
69 |
127 |
2015 Julio-Agosto |
97,86 |
55,9 |
68,5 |
128 |
2015 Septiembre-Octubre |
94,29 |
51,09 |
66 |
117 |
2015 Noviembre-Diciembre |
87,86 |
51,53 |
61,5 |
118 |
2016 Enero-Febrero |
87,86 |
60,7 |
61,5 |
139 |
2016 Marzo-Abril |
80,71 |
51,53 |
56,5 |
118 |
2016 Mayo-Junio |
78,57 |
78,6 |
55 |
180 |
2016 Julio-Agosto |
75,71 |
40,17 |
53 |
92 |
2016 Septiembre-Octubre |
71,43 |
100 |
50 |
229 |
2016 Noviembre-Diciembre |
71,43 |
79,48 |
50 |
182 |
Resumen
Estadísticas de la regresión:
· Coeficiente de correlación simple -0,06863101
· Coeficiente de correlación múltiple 0,33431173
· Coeficiente de determinación R^2 0,11176433
· R^2 ajustado -0,03627495
· Error típico 42,1478555
· Observaciones 15
Análisis de varianza
|
Grados de libertad |
Suma de cuadrados |
Promedio de los cuadrados |
F |
Valor crítico de F |
Regresión |
2 |
2682,29928 |
1341,14964 |
0,75496405 |
0,49109923 |
Residuos |
12 |
21317,3007 |
1776,44173 |
|
|
Total |
14 |
23999,6 |
|
|
|
Coeficientes Error típico Estadístico t Probabilidad Inferior 95% Superior 95% Inferior 95,0% Superior 95,0%
Intercepción 240,579872 111,659352 2,15458776 0,05221376 -2,70495585 483,8647 -2,70495585 483,8647
Variable X 1 3,35016299 3,46765864 0,96611672 0,35305354 -4,20521614 10,9055421 -4,20521614 10,9055421
Variable X 2 -4,69643133 3,89426403 -1,20598688 0,25106282 -13,1813038 3,78844111 -13,1813038 3,78844111
Análisis de los residuales resultados de datos de probabilidad
Observación |
Pronóstico para Y |
Residuos |
Percentil |
Y |
1 |
179,216108 |
24,7838918 |
3,33333333 |
92 |
2 |
144,666007 |
77,3339926 |
10 |
117 |
3 |
138,638816 |
21,3611844 |
16,6666667 |
118 |
4 |
143,679568 |
-6,67956794 |
23,3333333 |
118 |
5 |
148,047186 |
-0,0471861 |
30 |
127 |
6 |
173,51773 |
-46,5177296 |
36,6666667 |
128 |
7 |
146,012276 |
-18,0122758 |
43,3333333 |
137 |
8 |
139,985084 |
-22,9850839 |
50 |
139 |
9 |
136,650429 |
-18,6504288 |
56,6666667 |
148 |
10 |
157,78437 |
-18,7843698 |
63,3333333 |
160 |
11 |
141,033555 |
-23,0335548 |
70 |
180 |
12 |
159,490467 |
20,5095331 |
76,6666667 |
182 |
13 |
159,834788 |
-67,8347879 |
83,3333333 |
204 |
14 |
159,177162 |
69,8228384 |
90 |
222 |
15 |
173,266456 |
8,73354439 |
96,6666667 |
229 |
Editado por: Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI). Lugar de edición: Granada (España). ISSN: 2340-8421.
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