La intervención de Rusia en Siria. El Daesh sirve de nuevo como excusa
Para un estratega solo hay algo más temible que un enemigo inminente, y ese algo es el vacío. El enemigo declarado es al menos una amenaza definida, de la que se conocen sus principales fortalezas y debilidades, pero el vacío es simplemente incertidumbre. Nadie sabe lo que puede surgir del caos, o quién ocupará el espacio vacante. Y gestionar la incertidumbre nunca ha sido trabajo fácil.