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Estrategias sobre la toma de rehenes. Las dos facciones enfrentadas de Boko Haram: los casos de Chibok y Dapchi

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El grupo yihadista comúnmente conocido como Boko Haram opera fundamentalmente en Nigeria aunque ha perpetrado ataques en los estados vecinos de Níger y Chad. A lo largo de su historia ha protagonizado atentados de envergadura contra objetivos militares y contra la población civil. Esta última sufre sus acciones por partida doble ya que también es percibida por los yihadistas como fuente de recursos a través de  extorsiones y secuestros.

De estos últimos, el de mayor repercusión fue la detención ilegal de más de 270 menores en Chibok en el año 2014 con Abubaker Shekau al mando de la organización. Tras la ruptura en el liderato de Boko Haram, la facción bajo las órdenes de Abu Musab al Barnawi, leal al autodenominado “estado islámico”, llevó a cabo en 2018 otro secuestro de jóvenes estudiantes. Los dos líderes yihadistas nigerianos condujeron ambas situaciones de manera distinta.

Contexto

En el año 2002, en el estado de Borno, al norte de Nigeria, Mohamed Yusuf fundó Jamā’at Ahl al-Sunnah li-l-Da’wah wa-l-Jihād (Grupo Comprometido a Propagar las enseñanzas del Profeta y el Yihad). Con el paso del tiempo, el grupo empezó a ser conocido por la expresión a hausa-fulani: Boko Haram cuya traducción podría ser  equivalente a “la educación occidental es un pecado”. Yusuf falleció en 2009 a consecuencia de una ejecución extrajudicial de la policía, pasando el liderazgo del grupo a Abubaker Shekau. En marzo de 2015, Shekau pronunció el bayat (juramento de lealtad) al “califa” Al Baghdadi, promesa que poco tiempo después fue aceptada por el entonces “portavoz” de Daesh, Mohamed al-Adnani pasando el grupo a denominarse Wilāyat Gharb Ifrīqīyyah (Provincia de África occidental).  En 2016 la autoridad del “califato” relevó a Shekau de su cargo de wali (gobernador) ocupando su lugar  Abu Musab al-Barnawi (Habeeb Bin Bin Muhamed Yusuf al-Barnawi). Desde entonces las dos facciones se han mantenido enfrentadas.

El caso de Chibok

En Chibok, estado de Borno, el 14 de abril de 2014, fueron secuestradas por Boko Haram un total de 276 estudiantes. La acción desencadenó una gran campaña de solidaridad a nivel mundial. Tras hacerse público el secuestro de las menores la entonces primera dama de EE. UU. Michelle Obama publicó una imagen de si misma portando un folio en el que había escrito #BringBackOurGirls frase que se convirtió en el lema de la campaña para visibilizar lo secuestros de Chibok. Esta campaña ya estaba bastante activa antes de la intervención de Michelle Obama pero tras su adhesión, obtuvo una mayor repercusión. En un discurso público declaró que su marido, el presidente Barack Obama, había ordenado prestar auxilio al gobierno de Nigeria para resolver el secuestro de las niñas lo que hizo que el caso llegase a una parte importante de la opinión pública estadounidense que desconocía el hecho.

La campaña por la liberación de las niñas de Chibok también fue ridiculizada por Shekau a través de la publicación de un vídeo protagonizado por él mismo. En una grabación de 16 minutos de duración se podía ver a Abubaker Shekau armado con un fusil de asalto flanqueado por yihadistas igualmente armados y con vehículos blindados en un segundo plano. Shekau  salta y baila mientras pronuncia la frase: “Bring Back Our Girls... bring back our army”, (“Traed de vuelta a nuestras chicas…traed de vuelta a nuestro ejército”).

Drones estacionados en Nigeria pertenecientes a las fuerzas aéreas de los Estados Unidos fueron desplegados en 2015 para colaborar en las labores de búsqueda de las niñas de Chibok. En aquel momento, la participación militar de Estados Unidos fue objeto de cierta controversia en el país precisamente por reducirse a drones carentes de armamento. Senadores de los dos partidos con representación en el Congreso apostaban por ir más allá y llevar a Nigeria “botas sobre el terreno”. El senador John McCain llego a declarar: “"Ciertamente enviaría tropas de los EE. UU. para rescatarlas".

En los primeros días tras el secuestro, 57 niñas consiguieron huir y tres más lo hicieron en fechas posteriores. Tras unas negociaciones auspiciadas por Suiza, fueron puestas en libertad 103 niñas: 21 en octubre de 2016 y otras 82 en mayo de 2017. Según un informe publicado por The Wall Street Journal, el primer grupo de menores fue liberado por Boko Haram tras haber recibido un pago de un millón de dólares. El rescate del segundo grupo ascendió a dos millones de dólares además de la puesta en libertad de cinco comandantes de Boko Haram. Pese a esa aparente buena gestión por parte de Shekau, según comunicaciones de voz interceptadas por las autoridades nigerianas, varios dirigentes del grupo, entre los que estarían al-Barnawi y otros cuadros de alto nivel, se quejaron de la actitud intransigente de su líder durante la gestión del secuestro. Uno de ellos hizo público su disconformidad y acabó siendo ejecutado por orden de Shekau.

El caso de Dapchi

El 19 de febrero de 2018, yihadistas armados y vestidos con uniformes de camuflaje haciéndose pasar por miembros de las fuerzas armadas de Nigeria entraron en el Dapchi Girls Science and Technology College ubicado en la ciudad homónima del estado de Yobe. Los atacantes secuestraron a 111 estudiantes, todas ellas niñas, siendo la menor de ellas de 10 años de edad, llevándoselas en camiones. Tras conocerse la noticia, numerosos internados al noroeste de Nigeria fueron cerrados y desplegados en la zona aviones militares y drones para tratar de localizar a las menores secuestradas.  

La facción de al-Barnawi estableció contacto con la activista de derechos humanos, Aisha Wakil, también conocida como Mama Boko HaramAisha Wakil es originaria del estado de Enugo, en el sudeste de Nigeria. Inicialmente profesaba la fe cristina pero decidió convertirse al Islam tras contraer matrimonio con su marido, Wakil Gana, quien trabaja en el Tribunal Superior del estado de Borno. Estudió Derecho en la Universidad de Maiduguri (Borno) y en la actualidad trabaja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos del estado de Borno. Ha participado activamente a través de labores de mediación en la liberación de personas secuestradas por Boko Haram. Los yihadistas trasmitieron a  Aisha Wakil que las niñas secuestradas en Dapchi estaban en su poder y que su salud e integridad física no corrían peligro. Aisha Wakil afirmó: “Puedo asegurar a los nigerianos que (las estudiantes secuestradas) están con mi hijo Habib”, (Abu Musab al-Barnawi) y sus amigos”. “Habib es un tipo agradable, es un chico muy agradable. Él no las dañará, no las tocará, y no las matará”.

El presidente Muhammadu Buhari afirmó que trataría de lograr la libertad de las niñas mediante la negociación dejando en un segundo plano la opción militar. Estas declaraciones fueron hechas en presencia de Rex Tillerson, en lo que serían sus últimas horas al frente de la Secretaría de Estado de Estados Unidos.

Los buenos presagios de la abogada Aisha Wakil acabaron finalmente materializándose. El 21 de mayo de 2018, miembros de la facción de al-Barnawi se dirigieron a la ciudad de Dapchi y procedieron a poner en libertad a las menores que habían secuestrado en esa misma ciudad un mes antes. Durante el cautiverio, las jóvenes estudiantes recibieron visitas periódicas de un hombre alto moreno y con barba larga que recibía el sobrenombre de “el califa”. Este individuo, que se cree que era el propio Abu Musab al-Barnawi, les decía: “No deberíais volver a Nigeria. Es un país de pecadores e incrédulos. Cuando regreséis, convenced a vuestros padres para que vuelvan con vosotros aquí, al califato islámico”.

El ministro de Información, Alhaji Lai Mohammed, declaró que la liberación de las escolares había sido “incondicional” y que “ningún dinero cambió de manos”. Sin embargo, algunas fuentes afirman que medió el pago de un rescate, de un montante total de cinco millones de dólares. Además del dinero, las autoridades gubernamentales, de manera similar a lo ocurrido con las escolares de Chibok, habrían puesto en libertad a cinco comandantes de Boko Haram, los cuales poseerían conocimientos para la elaboración de AEIs (Artefactos Explosivos Improvisados).

El grueso de las niñas secuestradas obtuvo la libertad aunque cinco menores perdieron la vida durante el cautiverio y una más permaneció retenida: Leah Sharibu. Esta niña cristiana se negó a convertirse al Islam lo que le impidió obtener la libertad. El 16 de septiembre de 2018, un vídeo de Boko Haram titulado “Mensaje de sangre” mostraba la ejecución de Saifura Husseini Ahmed, de 25 años de edad, trabajadora del Comité Internacional de la Cruz Roja. En la grabación también se advertía que si el gobierno de Nigeria sigue haciendo oídos sordos a los mensajes del grupo, en el plazo de un mes, ejecutarían a otras dos componentes del personal sanitario que mantienen secuestradas y a Leah Sharibu. 

Conclusión

Parece ser que la crisis en Boko Haram derivada de la gestión del secuestro de las escolares de Chibok fue un elemento de mucho peso en la tensión interna que finalmente acabó derivando en la ruptura de la organización yihadista. Tal vez a causa de ello, la rápida liberación de las niñas secuestradas en Dapchi podría, además del de la financiación, obedecer a otros tres objetivos : mostrar sus firmes convicciones religiosas al liberar a las menores de fe musulmana y mantener en cautiverio a la única menor cristiana que rechazó la conversión, aún a riesgo de su propia vida, seguir cultivando el favor de la población, como se puso de manifiesto en la alegría de los aldeanos cuando los yihadistas liberaron a la niñas y por último la búsqueda del afianzamiento del papel de “interlocutor válido” ante el Gobierno de Nigeria en detrimento de Shekau.

Este aparente acercamiento a las autoridades por parte de al-Barnawi, debería ser tomado con muchísima cautela ya que no parece que estas gocen, ni mucho menos, de su confianza. Su versión distorsionada de la fe islámica hace que, al igual que su rival Abubaker Shekau, considere “impío” a cualquiera que gobierne Nigeria, sea del signo que sea.

En palabras de Moses Ochonu, académico, historiador, profesor y autor nigeriano: “Abu Musab al-Barnawi es infinitamente más peligroso y más amenazante para la soberanía de Nigeria que Shekau, que es su propio enemigo y tiende a autodestruirse. Con la liberación de hoy (la de las escolares de Dapchi), actos similares de pretendida buena voluntad en el pasado, y al abstenerse de asesinatos indiscriminados y embarcarse en gestos de ayuda a la comunidad, al-Barnawi está normalizando silenciosamente a Boko Haram, o al menos su facción (Wilayat West Africa). Su yihad tiene el potencial de integrarse, rehabilitarse, ser aceptada por  las bases musulmanas y, finalmente, naturalizarse. Ese sería un escenario de pesadilla para Nigeria”.

 

Luis Antonio González Francisco es Diplomado de especialización en Análisis del Terrorismo Yihadista, Insurgencias y Movimientos Radicales, Universidad Pablo de Olavide (Sevilla).